Todo queda en familia. (1/2)

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El domingo, luego del desayuno, Erick le pidió a Irish que lo acompañara a un sitio.

Con los ojos vendados, la conduje a mi Mustang cobra del '69, es el auto que uso para lo que denomino "las ocasiones importantes".

Había empacado comida, hecha por mi mismo para mi chef favorita, todo un reto. También preparé una sangría refrescante y algunas cosas dulces, con mucho chocolate, porque esa es la debilidad de mi hada.

Conduje hasta una zona que para mí era muy conocida, había muchos árboles y se respiraba aire limpio, el cielo brillaba azul y el sol calentaba la piel de una manera deliciosa y revitalizante. Curioso que solo estábamos a 30 minutos de la ciudad.

A pesar de las protestas de Irish, de que no podía acompañarme a ningún sitio porque debía ir al restaurante, al final terminé por convencerla. No pensaría mi hada que me iba a olvidar de que, al fin, el mes de prueba tocaba fin este domingo, tal vez era ella quien lo había olvidado, aunque sinceramente no creo que esta endiablada mujer olvide alguna vez hasta el mas mínimo detalle, a veces es exasperante, pero es una cosa de ella que me gusta tanto como me disgusta. Es extraño, lo se... Nunca antes aquello de "no puedo vivir con ella, pero tampoco sin ella" había tenido tanto sentido.

Ella discute por todo, hasta porque está demasiado feliz, porque eso le da miedo. A mí eso me saca de mis casillas, pero al mismo tiempo me divierte, solo pensar estar sin ella hace que me invada un sentimiento de desolación que no puedo explicar... ¿Cómo sería la vida sin Irish? La respuesta es fácil: Moriría de aburrimiento a los dos segundos. Es que no solo discute por todo, también es impredecible.

Un día le conté que estuve a punto de acostarme con otra luego de besarla por primera vez, porque quería olvidarla y sacarla de mi sistema de una vez por todas, que la quería fuera de mi vida para siempre, pero que no había sucedido porque Josh, Alex y Dave habían llegado a mi casa y lo habían impedido, aparte de ofrecerme golpes por haberla besado. ¿Qué pensaba yo que sucedería cuando se lo conté? Imaginé que se levantaría en silencio, con la mirada furiosa y se iría para siempre... Porque es lo que suele hacer ella, huir cuando está molesta, triste, temerosa... ¿Qué hizo ella? Se levantó de un salto del sofá donde estaba sentada, se lanzó sobre mí y me besó, agradeciendo con palabras entrecortadas y la emoción, a duras penas, contenida por mi sinceridad. PARA VOLVERME LOCO.

Pero en fin, ahora estamos bien, poco a poco he ido aprendiendo como sobrellevar cada uno de sus estallidos, sea de felicidad, tristeza, emoción, miedo, depresión post lectura, nerviosismo... En fin, todos sus estados de ánimo requieren de una atención distinta y especial. ¿Requiere de esfuerzo? Sí. ¿Por qué me molesto en hacer todo eso? Porque la quiero, porque es la única mujer sobre la tierra, sacando a mi madre y mis hermanas, que está dispuesta y de hecho disfruta poniéndome en mi lugar, porque sé que podré lograr que ella se sienta bien y hacer eso me hace sentir bien a mí.

Es como escribir una canción, por mucha inspiración que tenga, siempre requiere de mucho trabajo porque al final quiero que quede bien, que sea perfecta, que exprese exactamente lo que quiero que exprese, que llegue a donde tiene que llegar y pueda hacer que alguien más la tome como suya, que la dedique, en fin... Ya me desvié del tema.

Les contaba que logré convencerla y al final me llevé a mi hada al sitio más especial para mí, el sitio al que acudo cuando necesito estar solo, pensar, escribir... El sitio donde encuentro la tranquilidad necesaria para serenarme y recargar baterías. Nunca nadie ha estado allí, solo yo y ahora también mi hada.

No la llevé allí para acostarme con ella, la llevé porque necesito pedirle algo que tal vez la asuste y aquí no podrá salir corriendo y escapar. Quiero que conozca a mi familia. Y si... Le hice una emboscada, porque mi familia ya está aquí.

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