La moral y las buenas costumbres.

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¿Que alguien me explique como logró convencernos Irish de venir a una fiesta? -Dijo Dharma un tanto molesta- ¡Y ella ni siquiera ha llegado!

-Podría ser divertido -Comentó Potter conciliadora

-No lo creo, mira toda esta gente, es... incómodo -Agregó Tai mirando a su alrededor- Yo debería estar descansando.

Entonces la vieron entrar, Irish venía con dos hombres, uno en cada brazo. Sonreía y reía, se veía cómoda y divertida.

-Aquí están mis chicas. Chicos, les presento a mis amigas. Ellos son David Thomas y Alexander Williams -La sonrisa de Irish casi abarcaba toda su cara.

Las presentaciones parecían en orden, aunque las miradas de Dharma y Tai parecían desprender fuego... y no en buen sentido, en sus ojos había hostilidad.

-¿Se puede saber desde cuando uds son tan despreciativas de buenas a primera? -Irish no entendía la actitud de sus dos amigas. Potter se mantenía impasible, como si estuviera en una nube, pero así era ella normalmente.

-Irish, tus amigos no nos gustan. -Dijo Tai.

-¿Pero por qué? Ni siquiera los conocen...

-No tengo que conocer a alguien para saber que es un idiota, engreído que rezuma sexo con solo respirar -Terció Dharma con sinceridad- Imagino que debe saber que es guapo y aprovecharse de eso -Acompañó su declaración con una mueca de fastidio.

Irish soltó una carcajada como respuesta.

-Ok, vayamos a tomar un trago y a obtener algo de diversión de estos estirados, watch and learn, pero nada de sonrojarse, vale? -Dicho esto se dirigieron a la barra.

Cerca se encontraban un montón de señoras encopetadas adictas a la presunción y las buenas costumbres.

-Entonces uds tienen que leer algo sobre sumisión y dominación, no imagino que sea muy excitante que te azoten el culo, pero creo que sería divertido ser una dominatriz o algo así. Además habría que hacer una investigación mucho más profunda y exhaustiva sobre ciertas prácticas sexuales tomadas como tabú, por ejemplo esto de compartir a tu pareja con otros y otras, creo que le llaman "swinger". -Irish había levantado un poco la voz, las señoras la miraron horrorizadas e inmóviles- Señoras, ¿alguna de uds sabe de que hablo? ¿Lo han probado? ¿Tienen alguna opinión al respecto?

Las señoras en cuestión la miraron reprobatorias y se marcharon airadas. Potter estaba como un tomate, Tai la miraba sorprendida y Dharma reía a carcajadas.

Justo entonces llegó Dave y sacó a bailar a Tai que aunque un poco renuente al principio decidió ir para no hacer otra escena, a estos y de muy mala gana les siguieron Dharma y Alex.

Potter y yo conversábamos sobre los chicos y mis intenciones al presentarlos. Yo era la imbécil mayor, nunca le presentaría imbéciles a mis amigas, pero ellas no sabían esto y Potts estuvo de acuerdo en guardarme el secretito.

*******

Josh Oliver trotaba por el parque con sus audífonos puestos, eran las 7:30 de la mañana y tenía toda la energía que te dan dos tazas de café negro fuerte y un buen desayuno bien proporcionado. Pensaba en todas las cosas pendientes para ese día, los lunes siempre eran movidos, se acumulaba todo lo del fin de semana. Su visión comenzó a dar vueltas mientras rodaba por el piso y caía a poca distancia de una chica

-¿Que mier...? -La miró acusador.

Ella tenía la cara enterrada en un libro, sus audífonos puestos.

Como si se hubiese percatado de algo miró hacia sus piernas y luego hacia los lados, hasta que lo vio tendido en el suelo mirándola, a poca distancia.

Potter se deshizo en disculpas hacia el hombre que se tropezó con sus piernas.

Esa misma tarde, Potter salía de la librería, no se fijó que llevaba los cordones desamarrados y cayó en el suelo desparramando todo el contenido de sus manos, escuchó una risa potente, pero sintió tanta vergüenza que no se atrevió a voltear.

Tai salía del trabajo con su acostumbrado despiste, un batido en una mano, la cartera colgando del mismo brazo. En el otro brazo un maletín, varias carpetas y su celular en la mano. Sonó el tono de llamada de número desconocido. Hizo malabares, pero atendió.

-Agente Hiddles al habla.

-¿Tai? -Dijo una voz profunda al otro lado.

-¿Quien habla?

-Es Dave

-¿Quieeeen?

-David Thomas.

-¿Quien te dio mi número? Mira no tengo tiempo, estoy haciendo malabares y de verdad, siendo total, completa y rotundamente sincera estoy harta de los idiotas. No se como conseguiste mi número, pero ahora mismo no tengo el tiempo ni la paciencia para hablar. Bye. -Y así sin más, colgó.

***En otra parte de la ciudad***

-¿Hola?

-¿Dharma? -Dijo una voz muy sexy- Te habla Alexander Williams

-Ok, disculpa, ¿de que canal llamas?

-¿Canal? Nos conocimos el sábado, en la fiesta, nos presentó Irish, bailamos... ¿Recuerdas? -«La pobre debió haber estado muy borracha, porque él era Alexander Williams, a él nadie lo olvidaba nunca» Pensó Alex.

-Hmmm... Nop, no recuerdo, pero llama luego, ahora estoy ocupada, ciao. -Y con eso cortó la llamada.

La cara de estupefacción de Alex valía por todo el oro en barras del Fort Knox.

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