Capítulo 26. El primer día.

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Maratón 2/3

Alguien llamó al timbre, suponía que era Thous así que abrí directamente sin preguntar. Y así era, al cabo de unos minutos subió Thous. Lo raro es que iba con Mangel y con Cheeto. Abrí la puerta para saludar.

-¡Mangel! - Chillé. 

-¡_____! - Chilló de vuelta.

-¿Y vosotros que hacéis aquí? - Pregunté.

-Veniamoh' a ver a Rubiu'. - Contestó Cheeto.

-Ah vale. - Sonreí. 

-Pueh' nada, adioh'.

-¡Adiós! - Me despedí.

Thous pasó a mi piso. Ambos nos sentamos en el sofá, con un café en la mesa y la televisión encendida, aunque no le hacíamos caso alguno. 

-Y bien... ¿qué tal lo de la tienda? - Preguntó él dándole un sorbo al café.

-Pues... ¡genial! o eso creo, yo creo que le he caído bien.

-Seguro que sí.

Seguí hablando un rato con él. Un poco de todo. Me contó sobre su vida, era un chico muy interesante. Y yo le conté que no tenía padres y lo del orfanato, pero no mucho sobre ese tema ya que no me apetecía acabar llorando ni nada por el estilo. 

Rubén P.O.V.

-¿Sabeh'? noh hemoh' encontrao' con Thous. - Dijo Mangel.

-¿Cuándo? - Pregunté.

-Ahora mihmo, iba a casa de _____.- Contestó.

-Puff... tampoco me sorprende. - Solté indiferente. 

-¿Por qué diceh' eso?

-Bah... déjalo.

-¿Qué pasa? ¿oh' habeih' peleao'? -Preguntó Cheeto.

-No, no es eso.

Dije que no me sorprendía porque era así. No me sorprendía para nada, se llevaba muy bien con Thous desde el principio, bueno... con él y con Alex. Además, yo sabía con era Thous. Pero me daba completamente igual.

-Tengo hambre. - Miré a Cheeto.

-Yo creo que tú me llamah' para que te cocine. - Respondió él haciéndose el ofendido.

Se dirigió a la cocina. Lo cierto es que siempre que estábamos los tres Cheeto cocinaba, era el único que hacía una comida comestible.

Yo me quedé con Mangel. Me contó que había quedado varias veces con Cristina. 

-¡A ti te mola! - Chillé.

-¡Que te calleh' coño ya! - Contestó cabreado.

Se había puesto rojo. Aunque yo eso ya lo sabía, sabía que le gustaba. Le había jodido bastante la ruptura y encima seguía quedando con ella. Yo no seguiría saliendo con alguien después de una ruptura así que... se notaba que algo había. Además, una vez cuando ''ligué'' con Cristina se había cabreado tanto que no me habló una semana. 

_____ P.O.V.

-Bueno, pues adiós. Gracias por el café.- Se despidió Thous.

-Adiós.

Cerré la puerta.

No era tan tarde, pero tenía que despertarme a las siete, para tener tiempo al día siguiente de ducharme y comer. Además de los quince minutos que me paso cada mañana mirando mi armario pensando en que ponerme. Y el primer día era el más importante, tenía que dar buena impresión.

Me metí en la cama, pero antes me quité el maquillaje y me puse mi pijama. Tardé bastante en dormirme ya que no tenía mucho sueño y a menudo se oían los chillidos de Mangel desde el piso de Rubén, que hasta me producían alguna carcajada. 

*****

-¡Joder con la alarma! - Chillé, dándole un golpe a mi móvil para que deje de sonar.

Me levanté de la cama. Me dirigí a la ventana y subí la persiana. Apenas había luz, el sol casi no salía al día y si salía tan solo dos o tres horas. Fui al baño y me duché. Tardé solo unos diez minutos, no tenía tiempo para quedarme embobada mirando a un punto fijo y pensando en estupideces, que es lo que solía hacer siempre. Salí y me sequé con la toalla, me vestí y me sequé el pelo. Me lo recogí.

Lo siguiente que hice fui ir a desayunar. Me puse un café y cogí unas galletas oreo. Lo cierto es que estaba bastante nerviosa, no quería empezar como en el bar, siendo una patosa. Ya controlaba lo que era estar en la caja, y bueno... doblar camisetas o ponerlas encima de la percha sabía. Además, no había nada que romper.

Me miré quince veces al espejo, respiré hondo y salí de casa. 

En cinco minutos más o menos estaba delante de la tienda. Entré dentro.

-¡Hola! - Saludó la chica.

-Hola.- Sonreí. - Oye... ¿cómo te llamas? que aún no te he preguntado.

-Patricia, pero llamame Patri . - Contestó.

Me pasé las siguientes tres horas trabajando. No era tan fácil como parecía. Pero aún así era más fácil que en el bar. Lo bueno era que no tenía que llevar ningún uniforme rosa chillón ajustado que me hacía parecer una puta. Podía vestirme con cualquier prenda, aunque si era de la tienda en la que trabajaba era mejor, para llamar la atención de los clientes y tal.

*****

-¡Adiós Patri! - Me despedí de mi compañera.

-Adiós _____.

Me dirigí a mi casa. Estaba un tanto cansada así que agradecía vivir tan cerca. Hacía frío, y había un viento muy molesto que me metía el pelo en los ojos. Además mis dedos estaban congelados y mi cara roja. Me subí a mi piso. Al entrar, el calor de la calefacción me cambió el color rojo intenso de mi cara por uno más rosado. 

Me cambié de ropa y me puse algo de comer. No venía tan cansada como solía llegar del bar, aunque los pies me seguían doliendo igual. No podía sentarme en ningún momento, y tres horas de pie fueron bastante difíciles. Además, solo trabajaba tres horas el primer día, estaba ''de pruebas'', el resto de los días eran cinco o seis horas. 

Me quedé un rato con una manta por encima mirando la tele.

Rubén P.O.V.

Me quedé con los chicos en casa. Habíamos bebido bastante y el alcohol comenzaba a hacerme efecto. No solía emborracharme en casa, pero estábamos aburridos y yo tenía algunas botellas.

-Sabeh' le pediré a Cristina salir conmigo. - Soltó Mangel.

Cogió el teléfono de la mesa pero se lo quité al instante. 

-¿Qué coño haceh' Rubiuh'? -  Preguntó cabreado.

-Creeme, mañana me lo agradecerás.

Lo cierto es que estábamos bastante borrachos. 

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En el siguiente capítulo pasarán cosas más interesantes e.é así que estaros atentas, más tarde lo subiré ♥ Corazones gays ♥ 

Será cosa del destino. | Rubius y tú |Where stories live. Discover now