Cap 17: Suero

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El resto del día había sido en demasía agotador, dejo a los gemelos y a Dania hacerse cargo de esos estropajos humanos hasta obtener alguna que otra información necesaria e interesante antes de introducirlos en la celda H, que demostró para su satisfacción que era un arma perfecta.

No solo acababa con el enemigo de forma tortuosa deformándolos sino que también, les creaba un tipo de salpullidos en el cuerpo que terminaban explotando al cabo de unos minutos. El tipo de castigo perfecto para ese par de ineptos que osaron traicionarlo.

El rumor del castigo voló inmediatamente alrededor de sus filas, donde encontraron a otro par de ineptos que fueron los que les permitieron el ingreso, y que fueron también los causantes de la muerte de André, pero él se sentía cansado, no tenía ni tiempo ni ganas para perderlo con ese par.

Así que simplemente los empaqueto y se los mando a Dimitri, como un regalo, para que él se encargue de su suerte, con un pequeño video de muestra en el que se observaba su nueva arma y el final de los otros traidores.

Mando en busca de ambas plantas por todos los rincones, ordenado que no escatimen esfuerzos, pero que encuentren las curas lo más pronto posible.

Las hojas de shonbyu fueron relativamente fáciles de encontrar, al menos una pequeña cantidad que se hallaba en el maletín de Jack, pero la cura, las semillas de Amiou era lo que no podía hallar.

Esa tarde Sora le había traído un informe en el que se hablaba de las increíbles cualidades curativas del árbol de Amiou, como también hablaban de su extinción, desde hacía dos siglos que nadie sabía nada de ese árbol, nadie había vuelto a ver algo referente a esa extraña planta.

Esa noticia provoco que los ánimos de Kay se fueran por el drenaje, estaba furioso, frustrado… temeroso.

― ¿Señor?

Sebastián que llevaba tiempo tocando la puerta, al no recibir respuesta alguna, ingresó al despacho de Kay, donde lo vio de pie apoyado sobre el marco de la ventana perdido en sus pensamientos mientras miraba por la ventana desaparecer los últimos rayos del sol.

― Señor, ― volvió a insistir ― hemos logrado obtener un par de datos interesantes. Es sobre la señorita.

― ¿Que averiguaste? ― pregunto curioso, despertando de su ensoñación con la sola mención de la joven.

― Anticuerpos.

― ¿Qué? ― pregunto desubicado.

― ¿Recuerda que Sora le inyecto a la señorita un medicamento para detener el avance del suero?

― Si

― Pues gracias a ellos, la señorita comenzó a generar anticuerpos por ella misma.

― ¿Cómo?

― Si, así como lo escucha, a mí también me pareció algo sumamente extraño Señor, pero mire ― dijo ofreciéndole un manojo de documentos, que Kay casi se los arranca de las manos.

Allí pudo constatar que las palabras de Sebastián eran ciertas, Mel había comenzado a generar unos anticuerpos en base al medicamento que le había inyectado Sora.

― Llama a Sora inmediatamente.

― ¿Señor? ― pregunto dubitativo.

― ¡Que la llames! ― ordeno.

Sin replicar más, Sebastián salió de la habitación en busca de Sora.

“¿Que es lo que pensara hacer ahora?” ― se preguntaba Sebastián mientras la buscaba. ― ¿Donde esta Sora? ― pregunto a uno de las mucamas.

Enamorándose del demonio #BNEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora