36. Camille 2.0

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Estoy viendo una película con Morgan, es sobre tres chicos con poderes. Poder sin límites, creo que es ese su nombre. Estamos en la parte que el chico moreno mueve el auto de la señora y menciona que está pasando por un periodo nasal, lo cual me resulta muy gracioso. El timbre suena y me pongo de pie, abro la puerta y me encuentro con una chica castaña de grandes ojos azules y tes pálida.

—¿Y tú quién eres?—Me miró de arriba hacia abajo.

—Debería ser yo quien preguntara eso.—Respondí con una sonrisa fingida.

—Camille.—Respondio pasando su mirada por lo que lograba ver del departamento.

—¿Que tanto miras mi departamento?

—Busco a Morgan, ¿eres la vecina que busca azúcar?

—Eres una zorri-amiga.—Respondí sonriendo, ya entendí ahora era momento de ponerla en su lugar.

—¿y tú, mocosa?—Sonrío.

—¿Mocosa?—Pregunte ofendida.—¿A qué has venido a mi casa?

—¿Tú casa?

—Mi amor.—Morgan grito desde la sala, al no obtener respuesta vino a la puerta.—Camille.—Exclamó con sorpresa.

¿La conoce?

Morgan

—Mi amor.—Grite desde el sofá, al no recibir respuesta fui a la puerta. Kylie y una chica castaña estaban compitiendo por saber quién es mejor asesinando con la mirada.

—Camille.—Exclamé con sorpresa.

—Morgan, cuánto tiempo.—Me sonrió coquetamente. Mientras que Kylie estaba con la boca abierta, sorprendida por notar él tomo de su voz.

—¿Qué quieres con Morgan?—Exclamó molesta.

Está celosa, ouuuu.

—Somos buenos, muy buenos amigos.—Kylie se acercó bruscamente a ella, la tome del brazo y la atraje hacia mi.

—Tu y yo ya no somos nada, ni siquiera amigos. Así que vete ahora, Camille.—Gruñí.

—No me has dicho quién es ella.—Se quejó mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.

—Ella es todo lo que quisiste ser alguna vez.—Sonreí con diversión.

—Kylie O'Conner, esposa de Morgan.—Sonrío con cierto, ¿orgullo? Camille la miro de arriba hacia abajo y sonrió, dejándonos algo confundidos.

—Nos vemos otro día.—Se despidió y enseguida cerré la puerta en su cara.

—¿Quién es ella?—Hablo seriamente, empujando mi agarre lejos de ella.

—Camille, una zorri-amiga de hace unos meses.—Respondí.

—¿Hace unos meses?—Pregunto dirigiéndose a su biblioteca.

—¿Recuerdas que te hable de ella?—Negó con la cabeza y siguió caminando.—Ella llegó en tan solo un saco a mi casa en busca de sexo, fue cuando estuve a punto de meterlo pero dije tu nombre y se fue hecha una furia.

—Ya recuerdo.—Se dio la vuelta y se recargó en la puerta.

—¿Estás...molesta?—Rasque mi nuca con nerviosismo.

—No, gracias a tu anécdota.—Sonrío mientras tomaba en un puño mi camisa y me jalaba hacia ella.

—Odio cuando te molestas conmigo, ¿te lo había dicho?—Negó con la cabeza y beso mis labios, mordiendo mi labio inferior.

—¿Quieres leer conmigo?

—¿Y si vamos a la cama?

—Tal vez mas tarde, ¿y si mejor cerca de la chimenea?—Sonreí mientras me quitaba mi camisa, lanzándola al suelo.

—Siempre deseosa, señora O'Conner.—Ella abrió la puerta, quitando su camisa y su sostén.

One Year Where stories live. Discover now