33. Borro casette

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Bien, este capítulo fue borrado por alguna extraña entidad. Bromeó. Tuve que reescribirlo sin recordar de que trataba.

Morgan

Abrí mis ojos y me estire sobre la cama. Ky no esta. Me levante con una sonrisa sin parar de pensar en cómo serían las cosas después de lo sucedido. Sonreí una ves más al recordar su cuerpo flexionado bajo el mío mientras hacíamos el amor, porque sexo no fue. ¿Qué pensarán mis amigos al verme realmente enamorado? Salí de la habitación, mientras acomodaba el elástico de mi ropa interior pero la casa estaba vacía.

—¡Mare!—Grite y el silencio volvió a reinar.—¡Nugget cagona!—El cachorro tampoco estaba. Gemí molesto y busqué lo que podría desayunar. Huevos, tosino, más huevo y pan tostado, aguacate, oh si. En mis 1569 llamadas, mi esposa no se digno a contestar y comencé a tensarme, ¿yo pude haberla lastimado de alguna forma?  Recuerdo abrazarla y quedarme dormido pero ella nunca me dijo nada. Incluso si no fuera eso, ¿por qué no enviaba tan solo un mensaje?

Me di una ducha muy larga, donde pensé una ves más en lo que sucedía. Maldita sea, parezco una chica virgen preocupada por cómo lo hizo con el chico que le gusta, ugh. Me vestí con una camisa negra de manga corta y unos vaqueros negros con mis botas, me encantan. Mientras jugaba Evil in us, cagandome como siempre por el susto, la puerta se abrió y oí las patas de Nugget correr de un lado a otro. Deje el mando de la consola a un lado y busque a mi esposa. Dejo sus cosas sobre la barra de la cocina y me miró de reojo.

—Es evidente que te preguntare donde carajos estabas.—Hable sonriendo con ironía.

—En casa de mis padres y...de compras.—Respondió entrando a la cocina.

—Claro, ¿y qué hay de las llamadas que te hice? Es decir, ¿no pudiste contestar alguna?—Me levante del sofá, cruzando mis brazos.

—Estaba en silencio.
—¿Y no viste ni una de las 100 que hice?

—Uhm...no.

—¿No hablaremos de lo qué pasó ayer?—Pregunté.

—¿Qué pasó?—Pregunto confundida, mirándome a los ojos.

—¿Hablas en serio? No estabas ebria ni drogada. No lo estabas.

—Tuvimos sexo, ¿qué hay con eso?—Me regalo una pequeña sonrisa y me esquivó. Se acomodó en el sofá y entre sus manos tomó el mando, continuando mi partida.

—¿No te importó?—Pregunte, sintiendo mi corazón latir demasiado rápido.

—¿A ti si?
—¡Obviamente si! ¿Qué tratas de decir?—Pregunte, enfadado, dolido y vaya, me siento como en Mujer bonita.

—Te has acostado con incontables mujeres, anoche necesitaba tener acción y bueno, después de todo eres mi esposo así que no encuentro la relevancia del asunto.—Respondió con su mirada fija en la pantalla. Me acerqué furiosamente a ella y lancé el mando de la consola a la pared. El ruido hueco rompió mi corazón.

—¿Que te sucede? ¡Estás jodidamente loco!—Gritó molesta.

—Lo de anoche no fue sexo, Kylie. Yo...yo te hice el amor.—Aclaré mi garganta y ella me miró.

—¿Acaso insinúas que fue especial para ti? Yo no volveré a creer en ti, Morgan así que podrás decir cualquier cosa pero jamás nos verás como algo serio.

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