Capítulo 7- Un merecido descanso (Primera parte)

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Luego de la intervención quirúrgica, me desplomé sin fuerzas sobre la camilla, por lo que, luego de vendar mis heridas, tuvieron que llevarme hasta el barracón en el que estaba hospedada mi escuadra.

Me encontraba aturdido, tanto o más que la vez que, unos días atrás, el whiminocen me había hecho perder el control de mi vehículo. De hecho, el mismo sonido agudo penetraba mis oídos hasta casi hacerlos estallar, nublándome la vista.

Lo único que sentía era cómo se mecía mi camilla con cada paso que daban los médicos. Una ráfaga de viento helado me erizó la piel y mis ojos parpadearon sin enfocar, incómodos debido a la luz grisácea que los penetraba. Deduje que habíamos llegado al exterior. Entre  el pabellón médico y el conjunto de construcciones de la novena compañía, por lo poco que podía recordar en mi estado, había unos cien metros, por lo que podría estar rápidamente en mi cama, descansando mi adolorido cuerpo.

El murmullo a mi alrededor comenzó a volverse cada vez más distante, hasta que, finalmente, me rendí a los brazos de Morfeo.

Para cuando abrí los ojos, ya era de noche. Intenté incorporarme, no sin bastante dolor, sin percatarme de la existencia del catre superior, con el cual mi frente hizo contacto. Me froté el golpe, molesto, al tiempo que me sentaba sobre el colchón. Todo estaba en silencio, por lo que debía de ser bastante tarde, pasadas las dos de la madrugada. Sería la primera vez que no estaría en servicio, dado que siempre había estado de misión en misión desde que me había incorporado, casi cuatro semanas atrás. Volví a recostarme, pensando. Tan sólo hacía cuatro semanas tenía una vida normal. Iba a la ciudad una vez por semana, daba de comer todas las mañanas a sus animales, sembraba y recogía sus cosechas por la tarde, luego volvía a alimentar a las alimañas domésticas, entre otras cosas. Mi vida era monótona, pero segura. Ahora debía lidiar día a día con situaciones diferentes, obedecer órdenes y, por sobre todo, sobrevivir hasta la siguiente jornada.

Divagaba sobre mi nueva vida cuando me asaltó una duda: ¿Qué había pasado con los demás? Probablemente habían sido hospitalizados los más graves, como Karion, Al’ba y Sharon. Tal vez Angie estuviese en observación, a la espera de que los médicos diesen un veredicto. Debería salir en su defensa en caso de que le negasen la estadía. ¿Desde cuándo me preocupaba tanto por ella? Habíamos convivido dos días intensos, sobreviviendo en base a la confianza depositada en el otro, pero eso no justificaba nada. Reí para mis adentros al recordar algunos de sus chistes mientras contaba su historia, la cuál había quedado inconclusa. Sonreí al revisar mis memorias nuevamente, esta vez las veces que la había visto sonriendo. ¿Qué me sucedía? No podía ser que me sintiese atraído hacia ella. Ni siquiera la conocía lo suficiente. Probablemente era que simplemente me agradaba lo suficiente como para querer tenerla a mi lado. Mejor dicho, de mi lado. No lo sabía. El embrollo comenzó a aumentar de tamaño en mi cabeza a medida que pensaba más y más en el tema. Bostecé y observé el reloj que estaba posado en la cómoda. Una luz verde brillante iluminó los números, quienes me informaron que me encontraba a tan sólo quince minutos de las cuatro de la mañana.

Apartando todos los pensamientos de mi mente, cerré los ojos e intenté conciliar el sueño.

Una radiante Angie me observaba desde la puerta del galpón. Su sonrisa me encandilaba. Tan sólo tenía un vestido ligero, de verano. Lentamente se acercó hacia mí, riéndose probablemente de mi cara de idiota al verla. Realmente estaba hermosa. Se inclinó lentamente sobre mí, apoyando su mano izquierda en mi pecho al tiempo que levantaba su brazo derecho a la altura de su cabeza. Sin dejar de sonreír, comenzó a aporrearme fuertemente con su delicado puño, arrancándome pequeños alaridos de dolor al golpear mis recientes heridas. Repentinamente abrió su boca, sin dejar de sonreír, hasta convertirla en un enorme agujero negro.

Cruzados -El infierno en la Tierra- (EDITANDO)Where stories live. Discover now