Capítulo 45.

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Narra _____ Merrick.

La camioneta se detuvo afuera de mi casa. La noche había caído hace ya un buen rato y por fin me encontraba en mi hogar. Bajé del vehículo justo antes de besar la palma de mi mano y agitarla hacia los chicos.
-Adiós chicos. Y gracias, Liam, por la invitación al Starbucks.
-Hace tiempo lo teníamos pendiente-guiñó uno de sus lindos ojos marrones.
-Sí, bye-sonreí y deslicé la puerta hasta cerrarla.
Caminé hacia la puerta de mi casa y entré. Escuché la risa de mi mamá desde la sala, así que era obvio que había alguien más con ella. ¿Habría ya hecho "click" con su jefe al fin? Iugh, espero que no. Me estremecí al pensar en mamá con un nuevo novio. No, la verdad era que yo quería que fuera feliz sin la necesidad de un hombre, y ella me aseguraba que sí lo era sólo con su familia. Entré a la sala y ahí estaba mamá, justo a un lado de... ¿Danny? Oh, no puede ser: ¡Mi hermano estaba aquí! Mis ojos se aguaron en seguida, justo en el momento en que él se puso de pie con una gran sonrisa y yo corrí a abrazarle. Su torso fue rodeado por mis brazos y mi cabeza fue hundida en su pecho. Aún conservaba el olor de ese perfume tan rico que le regalé hace tres Navidades atrás; vaya que le había gustado. Mis ojos se cerraron y dos pequeñas lágrimas se escurrieron hasta mis mejillas.
-Te extrañé mucho, Dan-susurré.
-Yo te extrañé a ti, enana-rió. ¡Tanto tiempo sin escucharlo hablar!
-No te vuelvas a ir.
-Oh, no me pidas eso. Me quedaré por el fin de semana solamente.
Me separé para mirar a sus grandes y envidiables ojos verdes. Lo había extrañado tanto. Aún mantenía esa mirada de un chico de dieciséis años, aunque ya tuviera sus veintitrés. Wow, Harry era más grande que mi hermano mayor.
-¿Por qué tan poco?-bajé mi labio inferior.
-Iré de excursión con Marvin. ¿Sabes? Aún le gustas-arqueó sus cejas en repetidas veces.
-Aish, no seas idiota-puse los ojos blancos-. No me ha visto en un par de años.
-Ni yo lo había hecho-se carcajeó antes de abrazarme de nuevo. Volví a rodear su torso con mis brazos.
-Oh, ______ ya está ocupada-habló mi madre a espaldas de Dan.
-¿Ah, sí?-Danny se alejó para mirarme-. ¿Quién es el ciego?
-Tarado-puse nuevamente los ojos en blanco y golpeé su abdomen con el dorso de mi mano-. Y no, mamá. Harry no es mi novio ni mucho menos. Sólo somos amigos; ya te lo había dicho.
Sí, amigos. No te la crees ni tú, ______ Merrick, habló mi subconsciente.
-Yo creo que se gustan en secreto-afirmó ella-. ¡Será lo más hermoso cuando se den su primer beso!
Si tú supieras, madre...
Me limité a reír, tímida. El primer beso que tuve con Harry se me vino a la mente: no fue nada romántico. Podría decir que el único beso "de amor" que hemos tenido fue el de esta tarde, cuando me dijo que me quería. Mordí mi labio inferior al pensar en sus palabras.
-Traje pizza-Dan se encargó de bajarme de la nube-. ¿Qué tal si tenemos un viernes de películas?
-Oh, yo mañana debo trabajar todo el día, así que me iré a dormir. Mañana intentaré salir más temprano para que los tres vayamos algún lugar a cenar.
-De seguro convences a tu jefesito-Danny levantó una ceja. Yo reí.
-Mh, hasta mañana-refunfuñó mamá, fingiendo molestia.
Una vez que subió las escaleras, miré a Danny.
-Entonces, ¿tienes películas?-reí.
-Pensé que aquí habrían-se rascó el cuero cabelludo.
-No hay nada nuevo en la colección-resoplé.
-Bien, ahí nos las ingeniaremos.

Me senté en el sillón justo después de servir Coca-Cola a cada vaso, llenar dos bowls con papitas fritas y palomitas y poner un plato grande para la pizza. Danny estaba en cuclillas frente al mueble que sostenía la tele, buscando algún clásico de nuestra infancia en la colección de "las películas más aburridas de la humanidad".
-¿Qué te parece ver Buscando a Nemo?-preguntó.
-Sí, me parece bien-dije, acto seguido, sorbí un poco de mi bebida.
-Enana, ¿quién es ese tal Harry?
Tosí un par de veces antes de responder. Este Daniel Merrick y sus preguntas...
-Un amigo... No creas nada de lo que mamá dice; ya sabes cómo es.
-¿Y te gusta?-musitó al momento de darle al play al DVD.
-No, no me gusta Dan.
-¿Segura?
-Mh...-me quejé-. Segurísima.
-No creo que sea así.
¡DAN, CÁLLATE UN MOMENTO! Suspiré, para hacerle notar que el tema me incomodaba. Él rió y caminó a sentarse a mi lado, sin antes apagar la luz.
-¿Qué es de Liam, Niall y todos ellos?-al fin una pregunta que podía responder.
Me encogí de hombros, desviando la vista de los trailers.
-Salí con ellos esta tarde.
-Oh, entonces fueron ellos los que raptaron a mi hermanita-fingió dolor.
-Pues tú te fuiste antes-me crucé de brazos, tal como una niña pequeña que no obtiene lo que quiere.
-Agh, no me hagas sentir mal, enana-rió. Sus manos se fueron directo a mi abdomen, atacándolo con cosquillas. Pegué un gritito, para luego comenzar a darle manotazos en el rostro, pincharle los ojos con mis dedos e intentar detenerlo, pero, como siempre nada estaba resultando, y en cualquier momento me haría pis de la risa.
-¡Era una broma!-reí en tono de súplica-. Déjame, déjame, por favor.
-Por favor, ¿qué?
-¡Por favor, hermanito lindo precioso!
-Buena chica-y sus manos se alejaron de mí.
-Uy, te odio-bufé.
-Yo te amo.
-Yo no.
-Yo sí.
-La película ya empezó.
Y se quedó en silencio, mirando hacia el frente. Lo miré de reojo. Su mirada de un pequeño niño salió a la vista. Tantos recuerdos teníamos juntos. Tantas risas, llantos, peleas con él. Odiaba que se haya marchado de casa con papá, aunque eso me daba más tiempo de extrañarlo. Yo lo amaba tanto como a Liam. Ambos eran mis protectores.
No podría estar más agradecida de la vida en este momento.

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