Capítulo 35.

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-Señorita _____, Daniella-llamó el director desde la puerta de su oficina. Ambas volteamos-. Pasen.
Rodé los ojos, miré a Louis, bufé y caminé hacia la oficina. 
Ahora me sentía una idiota. ¿Por qué carajo me rebajé a su nivel? ¿Por qué le devolví el segundo empujón? ¿Por qué mierda me había sentido celosa? Me senté en una de las sillas al frente del escritorio de roble oscuro. Suspiré, haciendo un molesto sonido con mis labios. Estaba harta de esto; que alguien hablara luego.
-Y bien-dijo el calvo director Gallagher-. ¿Qué ocurrió?
-Oh, yo le explico-exclamó Daniella-: Yo estaba charlando con mis amigas, hasta que de la nada llega  _____, me empuja y me dice perra. ¡No sé qué le sucedió!
Rodé los ojos ante tal falso lloriqueo. De nada me servía decir algo, pues saldría perdiendo de todos modos. Conociendo cómo es Daniella...
-¿Entonces por qué está usted aquí, señorita?-Gallagher le preguntó.
-Pues, porque... mh... ugh...
-Porque me respondió el insulto, director-interrumpí sus balbuceos-. Ella me respondió de la misma forma agresiva.
Los ojos de Gallagher se movían desde Daniella hacía mí por unos infinitos segundos. Era la hora de que diera su veredicto final. Me sentía como si tuviera que ir a la cárcel por sentir celos. Ugh, qué cursi sonó eso. Bajó la vista hacia su libreta y comenzó a escribir un par de letras -supongo- que no logré entender. El silencio perturbaba el ambiente casi tanto como la presencia de la castaña. Lo único que logro escuchar es a mi subconsciente murmurar un "te lo dije". ¿No estaba de mi lado hace unos minutos?
-Muy bien-habló Gallagher-. Se quedarán ambas a detención después de clases, ¿sí?
-¡No!-exclamé impulsivamente. Carraspeé y tragué saliva-. Digo, no. Debo ir a mi casa a... hacer algo muy importante.
-Tendrá que cancelar sus planes, señorita Merrick-se encogió de hombros-. Pueden retirarse.
Me levanté con la rabia impulsando mis acciones y caminé hacia la salida. Louis seguía ahí, ahora en compañía de Niall, quien sostenía mi mochila. Sonríen al verme y camino a duras penas hacia su sitio.
-Agh...-grité.
-¿Qué onda?-preguntó Niall.
-Tengo castigo esta tarde-rodé los ojos.
-Hey, pero nosotros nos quedaremos a básquetball; nos podríamos ir juntos a la salida-sonrió Louis.
-Sí, sí...-musité.
No les diría que debía ir a mi casa con Harry. Y, bueno, después de todo, ¿seguiría en pie la idea? Sonreí ante sus alentadoras miradas antes de encogerme de hombros. La idea de pensar en que debía quedarme después de clases me torturaba el cerebro.
El alto cuerpo de Harry apareció por un lado mío, haciendo vibrar mi corazón de alegría y a la vez de enojo. Intenté no mirarle, esquivándolo con el hecho de poner mi mochila a los hombros, sin embargo, su voz fue música para mis oídos.
-¿Qué pasó?-preguntó.
Quise tragarme mi orgullo, pero se elevó aún más al escuchar su arrogante voz de macho alfa. Alcé mi vista hacia la suya.
-Tú no me hables, que todo esto fue tu culpa-grité antes de alejarme del lugar lo más rápido posible.
Ugh, maldito Harry Styles y su aire de seductor. Lo odio. Lo odio, porque son esas cosas las que me hacen quererlo cada vez más.

La Filosofía De Amarte |styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora