cap.1

36.5K 1.4K 43
                                    

Aventaba la ropa vieja a un cesto de tela que tenía detrás de mí, al otro lado tenia paquetes con logotipos de tiendas de ropa, coco chanel, Gucci, Prada, Jimmy choo, etc.

Toda la mañana me la había pasado en tiendas de ropa comprando cualquier prenda que me agradara, la mayoría era casual, un poco más ropa de una adolescente, que a ropa de mujer de mi edad, tener 22 años es un prestigio aún para usar este tipo de ropa, aunque cuando se sabe que estoy casada con el prestigioso empresario Dylan Peterson tengo que vestirme siquiera un poco decente para las personas de la clase social.

Si mi abuela no me hubiese comprometido antes de tiempo hubiese sido una joven que disfrutaba de fiestas con sus amigas, podría ir a conciertos, vestir jeans cortos, camisetas cortas, etc.

Desafortunadamente mis padres murieron cuando tenía 15 años en un accidente automovilístico, y mi abuela Sarah Crimson se quedó con mi patria potestad, y viví un corto plazo con ella. Estudié administración de empresas, pero mi abuela no me permitía trabajar, ya que eramos la famosa y respetuosa familia Crimson dueños de empresas, corporaciones, hoteles, tiendas, etc.
Ella arregló mi matrimonio con Dylan, en realidad prácticamente me vendió a el por así decirlo, quería que ambas empresas se unieran de alguna forma u otra, ya que favorecía a nuestros negocios, pero el de él no, y ese precio seria yo, tuve que aceptar por hacerla feliz, ya que era su única nieta mujer, y mis primos son los que manejan las empresa, Thomas y Richard, son mayores que yo por algunos años, y yo como única mujer de la familia tenia que tener un esposo propio a mi altura y Dylan Peterson lo era.

Mi vida podría decirse que es linda, aunque estar en casa todo el día y sin poder hacer nada más que ir de compras, hacer yoga, y nada más. Me hacia sentirme inútil, ya que la esposa de Dylan Peterson no debe hacer nada que una ama de casa haría, mas que atender a su esposo e hijos, los cuales este último aun no los tengo.

Mi celular sonó y contesté, era Tira, mi mejor amiga desde la universidad, se graduó de lo mismo que yo, y también no trabaja por que también ella está casada con uno de los socios de Dylan, Marcus, son muy buenos amigos al igual que Tira y yo, ella es de tez morena con muy bonito cabello sedoso, rizado y negro,

- ¿Tira? -, contesté dejando la ropa a un lado.

- Hola Emma, dime que esta vez tu esposo te llevará a la fiesta de los Richardson -, Dylan no me había comentado nada sobre esa fiesta, tal vez no iría o iría solo, total no tengo ganas de ir, las fiestas de los Richardson son muy seguido y Dylan nunca me ha llevado a una.

- no, no me lo ha comentado y total, no tengo muchas ganas de ir, e estado adolorida del cuerpo por los estiramientos de yoga -, mentí, no quería que después me viera con lástima por que Dylan no me lleva a fiestas a socializar al menos que sea alguna a la que va mi familia, lo cual son muy pocas, ya que a ellos no les gustan tanto las fiestas, son muy reservados en ese tipo de cosas.

- esta bien Emma -, dijo suspirando decepcionada, - te hablo al rato tengo algo que hacer -, se despidió al igual que yo y colgó.
Suspire y me tendí en la cama con ambos brazos extendidos.

El día pasó y ya eran las seis, a pesar de haber comido en la tarde mi estómago rugía por más comida, y como negarme.

Bajé a la cocina y no ví nada bueno que comer, entonces agarré el celular de la cocina y ordene una pizza. Brenda la cocinera se había hido de urgencia y le dí el día que sobra, no sabía cocinar y por eso pedía comida rápida.

Me puse los audífonos y comencé a cantar una canción, mis gustos musicales no era tan al gusto de Dylan y yo escuchaba musica de todo a escondidas de él para que no se enojara y su ser regañadientes volviera.

Tarareaba la musica de los Artic Monkeys - Why'd you only call me when you're high , se me pegó tanto que me puse a bailarla mientras hacia mi zumo de naranja, lo sé es raro y en la noche pero no había nada que tomar y agua no se me apetecía, así que había naranjas y ¿por qué no un sumo de naranja?

Estaba vestida con unos shorts cortos de algodón y una camiseta blanca de tirantes, tal vez no había madurado tanto, mi cabello estaba alborotado y eso me delataba.
Movía mis caderas sensualmente como si detrás de mi estuviera un hombre al que le bailaba, mi cabello se mesia de un lado a otro, hasta que cuando estaba cantando el coro de la canción me dí la vuelta y mi mirada se topó con la de un hombre de brazos cruzados recargado en el marco de la puerta de la cocina con su ceño fruncido.

- Dylan -, dije con voz entrecortada, pensé que estaba en su fiesta, pero me había equivocado, repetí el final del coro y su semblante serio no desaparecía de el, rasque mi cabeza de forma "que hago" hasta que la música cambio en una viejita de hace años, como olvidar la musica de Ella y El de José Luis Perales bueno los chicos de España...
- ella se pregunta donde irá, el está seguro de su amor, ella le esperará hasta el amanecer, el tendrá un pretexto que contar, y ella lo entenderá, ella lo entenderá, por que solo vive para él, el nunca le dirá, nunca le dirá que buscó el amor de otra mujer... -, canté y su semblante se suavizó un poco y ví algo extraño en el, estaba tenso me lo decían sus hombros, - estas enojado - susurré y él negó con la cabeza, le sonreí sin mostrar mis dientes y el se fue a la habitación, eso fue extraño, pensé que otra vez volveríamos a pelear por lo inmadura que soy por mis gustos musicales.

Después de acabar de hacer mi zumo el timbre sonó, fui a abrir y me encontré con el repartidor de pizzas, le pague y me fuí a la cocina, puse mi laptop frente a mi y empecé a ver una película, comía la pizza devorandola hasta que ví a Dylan en el marco de la puerta, vestido con un smoking impecable, se veía un hombre demasiado guapo para mí, un dios griego caído del cielo, no sé cuanto tiempo me quede viéndolo y me sentí un poco tímida bajo su mirada penetrandome.

- ¿vas a salir? -, le dije "despreocupada", lo cual no era,

- regreso tarde -, dijo y yo asenti, volví mi vista a la pantalla de la laptop y el seguía ahí, mi vista subió ante su mirada encima de mí,

- ¿se te olvida algo? -, pregunté un poco insegura, el asintió con la cabeza y se acercó a mí, me puse nerviosa ante su cercanía y podía sentir el calor en mis mejillas subir. levantó mi mentón y depositó un beso corto en mis labios, luego beso mi frente,

- vengo luego -, dijo y me dejó como piedra, salió de la casa y el pedazo de pizza que tenía en la mano cayó a mi plato,

- y a este que le pasa -, dije, esto fue raro de seguro le lavaron el cerebro. Sin pensar más en ello empecé mi segunda ronda de rebanada.

Su AmanteWhere stories live. Discover now