Capitulo 11 - Mentiras dolorosas.

48 5 1
                                    

||Capitulo 11||

Todos expresaron su sorpresa.

- Leila ¿Qué haces aquí? - pregunto Connor.

- L es la hermana de Ar - afirmo James.

- No lo creo - dijo Laura.

Todos se notaban confundidos al igual que yo, que hacia L aquí si esperaba a Leila.

- ¿T- tu eres... - no puedo hablar, ¿Qué mierda era esta? - Le-leila, la hermana de Aáron?

- Sí, soy yo.

Mire el suelo, esto no me podía estar pasando. Era imposible, por dios; Esta es una jodida broma. La cabeza me daba vueltas.

Debía irme.

Voltee y estaban todos viéndome, como si fuese una atracción de circo. Tome mi chaqueta y salí corriendo de la casa. Pase al lado de L o Leila ya ni siquiera sabía quién era, no la mire solo seguí mirando el suelo.

Al llegar a la calle escuche su voz.

- T, no te vayas.

La ignore y eche a correr como si mi vida dependiera de ello.

La gente me miraba como si estuviese loco, como si fuese un ladrón o un idiota. Mis pulmones ardían, no podía respirar y mis piernas estaban flaqueando, entonces vi un bar al otro lado de la calle y empecé a caminar hacia el.

No podía ignorar el hecho de que esa chica que me quito el sueño un par de veces, la chica que había deseado y aquella a la que le rompí el corazón con mis palabras era la hermana de mi mejor amigo, de mi hermano. Hace unas horas yo había prometido cuidarla y protegerla, pero yo ya le había hecho todo el daño posible sin darme cuenta.

Entre al bar y me senté en la primera banca disponible que encontré y pedí una cerveza - Si, lo que necesito en este momento es alcohol, me dije a mí mismo.

- ¿Algo más? - pregunto el chico detrás de la barra.

- Por ahora no, pero tal vez luego necesite unas cuantas más de estas - admití, moviendo la botella en mi mano.

El chico me regalo una sonrisa y una mirada comprensiva.

****

- Creo que te acabaras todas las cervezas del bar.

Miro al cantinero y me rio. Estoy un poco mareado pero nada grave.

- Puede ser, pero no llevo tantas.

- Llevas once cervezas y tres whiskys - afirmo.

No me importa quiero beber hasta quedar inconsciente, como Aáron aquella noche. Tal vez ese debió ser mi final en este mundo pero la muerte se equivoco de persona.

- Dame otra cerveza. Prometo que será la última.

¿Por qué a mí? Entre tantas chicas ¿por qué tenía que ser ella?. Termino la bebida y me levanto del asiento, entonces pierdo el equilibrio y caigo al suelo, la gente me mira y un hombre se acerca para ayudarme pero me niego. Me ayudo del taburete y me pongo de pie.

- Gracias por todo - me despido del chico de la barra.

Salgo del bar tambaleándome, todo se ve algo borroso y el ruido de la calle es molestoso y alto. Mi subconsciente me dice que vuelva a casa y siento que es lo correcto así que cruzo la calle pero cuando lo hago no me percato del carro y este casi me atropella.

- Imbécil, mira por donde caminas - grita enojado el conductor del auto antes de seguir su camino.

La cabeza me empieza a palpitar, cada pequeño ruido me molesta. Sigo caminando a tropezones, mi cuerpo solo fue capaz de correr unas cuantas calles así que no estoy lejos. Tropiezo con algunas personas, estas me insultan pero solo sigo caminado en zigzag.

By aligning our worlds |Tristan Evans|Where stories live. Discover now