Misery City [Farewell City #2 ]

Epilogo.

[Escuchar canción del video y leer "aclaraciones y agradecimientos", parte siguiente para saber más].

Dos años después

It's been a long day without you, my friend

And I'll tell you all about it when I see you againWe've come a long way from where we began

Oh, I'll tell you all about it when I see you again

When I see you again...

—¡Tío, vamos! ¡Levántate! ¡Levántate!

La voz de Sky sonaba y sonaba una y otra vez como un despertador que él nunca había pedido pero no podía detener. Owen Graham abrió los ojos lentamente, casi pegados por la cantidad de horas dormidas y miró el reloj que reposaba en la mesa junto a su cama. Era tarde, pero al parecer Sky se había encargado de vestirse como todas las mañanas. La nena de ojos azules lo miraba desde la puerta de esa manera tan penetrante que le recordaba a la madre y aquello le dolía. Todavía la dolía.

—Vamos, Owen, vendrá Dexter a buscarme y le dirá a ya sabes quien ya sabes que —se burló la chiquilla haciendo que él gruñera por unos largos minutos. No entendía como lograba con doce años descubrir ese tipo de cosas, creía que se debía a su manera de hablar y de entablar conversación hasta con el repartidor de diarios. Quien, por cierto, no había vuelto a pasar después de haber recibido un golpe por parte de Owen una mañana—. ¡Vamos, hice el desayuno!

Quejándose, se puso de pie y caminó por la casa hasta llegar al baño. Su rostro lo saludó le recordó nuevamente que solo estaba como todas las mañanas, no importaba cuando Sky quisiera demostrar que no era de ese modo. Owen sabía que se había quedado solo.

En la cocina estaba Sky comiendo su cereal y cambiando los canales de la televisión como si fuera a encontrar algo decente, Owen sabía que todavía no podían acostumbrarse a la diversidad de canales. Era mucho para ellos tener televisión o por lo menos para Owen, quien había crecido sin esa necesidad. Notó que la niña le había hecho su desayuno, pero él prefirió tomar su botella de vodka y comenzar la mañana de ese modo.

—Owen...

Antes de recibir la reprimenda de Sky, golpearon la puerta y ella salió corriendo a recibir a Dexter Heds. El joven entró a la casa, aunque nadie lo había invitado y se acomodó los anteojos mientras veía a Owen tomando. Sky dijo que iba a buscar su mochila y se fue corriendo a su habitación.

—Te van a sacar la custodia si sigues así, Owen —le comentó el científico, como si él no supiera eso. Sabía perfectamente que seguía cayendo desde hacía dos años, pero no podían quitarle a Sky por más que quisiera. Aún no había leyes y Owen se aferraba con uñas y dientes a lo único que le quedaba: Sky—. No puedes seguir haciendo esto, ya pasaron dos años. Dos años, Owen.

Para sorpresa de Dexter, recibió una botella en forma de respuesta y a Owen no le importó ver como al idiota se le caían los lentes por eso. Odiaba a la gente que entraba a SU casa y le decía ese tipo de cosas, que él ya sabía y no deseaba aceptar. Dos años para Owen aún no eran suficientes y él seguía sufriendo como el primer día que abrió los ojos en ese nuevo mundo. Sky apareció en la escena, con su uniforme de colegio completo y miró sorprendida a su padrino. Ahí estaba la mirada de nuevo, aquella mirada de decepción que todos tenían cuando lo miraban. Los odiaba a todos por esa mirada, por la compasión y luego la decepción. Los odiaba por eso. No a Sky, obviamente, pero cuando ella lo miró de ese modo sintió su estómago revolverse por algo más que la resaca.