Verdad o Reto | #1

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"Sólo un día. 

¡SÓLO UN DÍA! -T."

"Señorita alegría está aquí. ¿Qué sucederá en un día? -L."

"¡VACACIONES! :'D -T."

"Oh, cierto, lo había olvidado. -L."

"¡Genial!

...supongo. -L."

"No se te ve muy feliz por eso. 

¿Algo qué decir? -T."

"Sí. Odio las vacaciones. 

Me gusta ir a la escuela, me siento bien aquí. -L."

"¿QUÉ? 

¡Vivan las vacaciones! D: -T."

"Claro que no. En las vacaciones no puedo hablarte. -L."

"¿Hablarme? ¿No querrás decir escribirme? -T."

"¡Oh, vamos, es lo mismo! -L."

"Claro que no. No es lo mismo. -T."

"Okay, okay, no es lo mismo. Ahora, yendo al punto... 

¿Me pasas tu número telefónico? -L."

"OH DIOS, OH DIOS. JAMÁS CREÍ QUE LE DIRÍA ESO A ALGUIEN. -L."

"JAJAJAJAJAJAJAJA, ¡QUÉ BUEN CHISTE! JAJAJAJAJA -T."

"No era un chiste -.- 

¡Pásame tu número de teléfono! -L."

"¿Para? -T."

"Textearte. -L."

"¿Con qué propósito? -T."

"No aburrirme en las vacaciones. -L."

"Pues no te lo pasaré :P -T."

"Eres malévola D: -L."

"Conseguiré tu número de todas formas. No lo dudes ni un mínimo segundo ;) -L."

"Claro que no. Ya lo verás, te aburrirás todas las hermosas vacaciones. -T."

"Oh, ¿eso es una apuesta? 

Eres taaan cliché. -L."

"¡Cállate! ¡Lo cliché es lo mejor! -T."

"¿Qué apuestas? -T."

"Un helado. Si tú ganas, te daré un kilo helado. 

¿Y tú? ¿Qué apuestas? -L."

"Lo mismo que tú. -T."

"Mi favorito es el de vainilla. Sólo para que sepas cuál es mi preferido cuando tengas que ir a comprármelo ;) -L."

"¿Eso crees tú? 

Pues mi sabor favorito ya lo sabes. Y esta vez, que no esté derretido, por favor ;) -T."

"¡Oh, vamos! Lo importante es que me perdonaste, ¿no? -L."

"No. 

Yo quería un helado no derretido D: -T."

"Bueno, ¿cierras la apuesta? -L."

"Cierro la apuesta :) -T."

"Buena suerte. 

Aunque ganaré, lo sé. -L."

"No la necesito, debes saberlo. Yo ganaré ;) -T."

"No estés tan segura de eso ;) -L."

"¿Por qué usamos tanto la carita ";)"? -T."

"No lo sé D: -L."

—¡Señorita Smith! —los gritos me sobresaltaron. Estaba a punto de responderle a Luke, pero esa voz gritona me lo impidió —. ¿Se puede saber qué es lo que están hablando con su compañero por papeles? Espero que sea algo sobre lo que acabo de explicar. 

—Pero... —ella no me dejó terminar mi frase. 

—¡Sin peros! ¡Ya mismo, entréguenme esos papeles! Y no crean que se salvarán de esto. Tres días de detención —miré a Luke en busca de ayuda, pero él no estaba como yo. Se veía tranquilo. Por el contrario, yo seguramente estaría roja como un tomate. 

Él se paró de su asiento, abrió la mano de la profesora, le entregó los papeles, y se sentó de nuevo. 

—Puede seguir con la lección —dijo él. Ella lo fulminó con la mirada, pero siguió con su clase.