Capítulo 44 de 75 Capítulo 8

2K 130 11
                                    

AURORA

Decir que estaba enfadada era quedarse corto; estaba jodidamente cabreada.

-¿Por qué Wolfgang tiene tanto interés en hacer mi vida tan miserable? No quiero estar cerca de él.

-Vamos, no puede ser tan malo. Además, si no fuera por él, no sabríamos por dónde empezar a buscar respuestas sobre tu madre y lo que nos pasa- -Dijo Rhea mientras nos dirigimos a casa.

-Sí, pero eso no significa que deba acompañarnos -murmuré.

Abrí la puerta y subí a mi habitación. Necesitaba tumbarme y echar una siesta. Desde la noche de las llamas moradas no había podido dormir.

El sueño casi se había apoderado de mí cuando sonó el timbre de la puerta.

-Maldita sea -mascullé. Me obligué a salir de la cama y bajé las escaleras, luego abrí la puerta.

-¿Ahora qué? -gruñí, pero me arrepentí en cuanto vi a Max, Remus y Aspen en mi puerta.

-oh, vaya, alguien está de mal humor -se río Aspen. Ella y Max me miraron como si me hubiera crecido una segunda cabeza.

-Lo siento, Chicos. He tenido una larga mañana. ¿Qué os trae por aquí? -Les pregunté mientras los dejaba entrar.

-Te hemos visto salir de la mansión echando humo y nos hemos preocupado. ¿Va todo bien? -preguntó Max mientras nos dirigíamos a la sala de estar.

-Oh, eso. Wolfgang es lo que ha pasado -señalé Puse los ojos en blanco.

-¿Qué ha hecho ahora? -preguntó Max. Pude ver cómo se formaba la ira en sus ojos vedes. Desde el encuentro en el hospital, se había mostrado muy protector conmigo.

-No es nada grave. No te preocupes -le tranquilicé-. Es sólo que necesito hacer un viaje cortó a Buckland, pero él quiere venir conmigo.

-¿A Buckland? ¿Por qué tienes que ir allí? -preguntó Aspen mientras se sentaba en el sofá con las piernas cruzadas.

-Es el pueblo en el que creció mi madre. Esperaba poder averiguar si hay algún pariente suyo vivo -dije, contándoles una verdad a medias.

Remus había dicho que no comentáramos a nadie las cosas que habíamos descubierto sobre los descendientes de la Diosa de la Luna.

-¿Y  por qué tiene que ir contigo? -se burló Max.

-Creo que sería lo mejor -dijo Remus-. Es el alfa, lo que le permitirá entrar en otras manadas sin problemas. Y además, es el compañero de Aurora. Será más  seguro para ella estar con él durante este viaje.

Lo fulminé con la mirada.

-Pero ¿por qué no asignarle un guerrero o dos como su guardaespaldas? -preguntó Max.

Me alegró de oírlo. Tenía razón. Un guerrero podía ir conmigo.

-Sé que el alfa se lo ha hecho pasar mal a Aurora, pero ahora mismo es la mejor opción. Es el lobo más fuerte de la manada, y su pareja. El vínculo lo hará sobreprotegerla, y eso en sí mismo es suficiente para mantenerla a salvo -respondió Remus.

Mis esperanzas murieron mientras Él hablaba.

-Oh, un viaje a otra manada con tu compañero. Qué romántico. Nosotros también deberíamos viajar pronto a algún sitio. Remus  -dijo Aspen, arrullando.

Se abrazó a uno de los cojines del sofá y volví a poner los ojos en blanco .

-Será muy romántico, pasar los próximos días con una persona que no sabe ni sonreír y mucho menos entablar una pequeña conversación sin darme órdenes o ser un tirano. Sí, me apunto sin dudarlo -dije en tono sarcástico.

-Iré con vosotros, entonces -dijo Max.

-Lo siento, Beta Barone, pero el alfa te ha designado como alfa responsable mientras él está fuera con Lady Aurora -anunció Remus.

Max se pasó la lengua por los dientes y murmuró algunas palabrotas.

-Mirad chicos, por mucho que odie la idea de pasar tiempo con Wolfgang, necesito ir a este viaje. Así que no tengo otra opción que aceptar que Remus tiene razón: no hay otra opción por ahora.

-No te preocupes, Max -miré al beta para tranquilizarlo-. Estaré bien.

-Pareces muy segura de ti misma, Rory -dijo Aspen con una sonrisa socarrona.

-Oh, tngo un nuevo poder -dije, guiñando un ojo a Remus. Él se río. Max y Aspen se limitaron a mirarnos, confundidos.

Se fueron poco después, dejándome sola con mis pensamientos y el constante parloteo de Rhea sobre lo emocionante que sería aquel viaje. 

Ya te digo.

Aquella noche me acosté temiendo el día que iba a comenzar.

¿Qué pasaría entre nosotros en aquel viaje? ¿Nos acercaríamos más?

Me dije a mí misma que aquello no podía ser y que debía ser fuerte.

Él no había pensado en nosotros, en un futuro juntos. Me había hecho sufrir y me había ninguneado como pareja.

No teníamos nada en lo que trabajar, ninguna razón para crear un vínculo.

Al día siguiente, me dirigí a la salida del pueblo.Había decidido empacar sólo una bolsa de ona, con un par de mudas de ropa y lo esencial.

Al llegar a las puertas, vi a Wolfgang, Remus, Max y Aspen de pie, esperándome:

-¡Ahí está! -gritó Aspen al verme llegar. Enlazó su brazo derecho con él mío-. Por un momento pensé que seguías envuelta en tus sábanas.

-Oh, me lo estaba pensando -dije, lo suficientemente alto como para que todos lo oyeran.

-Me he puesto en contacto con el alfa de la manada de Silver Bow y le he informado de que te diriges hacia allí -le dijo Remus a Wolfgang-. Le agradó enterarse de que la Hija de Gamma Rodrick y Rebecca iría. El viaje hasta Buckland llevará al menos5 días. Puedes ir desde aquí hasta Piermont y desde allí puedes tomar un tren hasta Buckland.

Entregó unos papeles a Wolfgang.

-Espera, ¿Por qué vamos a tomar el tren? Podemos viajar en nuestras formas de lobo y tardaremos menos -dije.

-No nos transformaremos a menos que sea necesario, Aurora -dijo Wolfgang. Se volvió hacia su Gamma-. Gracias Remus.

Luego se dirigió a Max, que había estado callado todo el tiempo.

-Beta Barone. Confió en que no será un problema para ti ser el alfa sustituto hasta mi regreso.

-No, alfa. Y confió en que no te será difícil cuidar de Rory -respondió Max con voz monótona.

Pude ver cómo la mandíbula de Wolfgang se movía, pero permaneció pasivo.

-Protegeré a mi compañera con mi vida -dijo antes de darse la vuelta y salir por la puerta -. -Vamos Aurora.

Me giré y le di un abrazo a Max.

-Todo irá bien. Volveré antes de que te des cuenta -le aseguré.

Luego me despedí de Aspen y Remus.

Realmente esperaba que todo marchara bien. Al menos para mí.



Odiada Por Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora