Capítulo 26

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Aurora

A la mañana siguiente, Wolfang y los ancianos celebraron una reunión con todos los miembros de la manada.

-Nos complace anunciar a los miembros de la manada que nuestro alfa, Wolfgang Fortier Gagliardi, ha elegido finalmente una compañera -dijo uno de los ancianos por el micrófono.

Se dirigía a toda la comunidad, que le escuchaba con atención.

-Os presento a la futura Luna de la manada Luna de Sangre, Tallulah Wilhelm.

Todo el mundo vitoreó y aplaudió cuando Tallulah subió al escenario y se colocó al lado de Wolfgang. Le cogió la mano y le puso ojitos.

Lo vi todo desde el fondo de la multitud. No quería estar allí, pero era obligatorio.

Podía sentir que mi corazón se rompía un poco más cada segundo mientras veía cómo se desarrollaba todo.

Aquel era mi destino. Mirar desde lejos mientras mi compañero hacía su vida con otra persona.

Mis ojos y los de Wolfgang se encontraron durante un breve segundo, pero él desvió la mirada.

Alguien me tocó el hombro y me giré para ver a Max de pie junto a Gamma Bowman.

Aspen estaba con ellos. Todos tenían expresiones sombrías.

-¿Estás bien, Rory? -preguntó Max. Esbocé una pequeña sonrisa y asentí.

-La ceremonia de apareamiento se celebrará dentro 3 meses, después de que nuestro alfa regrese de las cumbre con los líderes -anunció el anciano-. ¡Debemos un gran aplauso a la nueva pareja!

Los asistentes aplaudieron alborozados.

-¿Es necesario que ella esté aquí? -preguntó Aspen a Remus. Miró al escenario y luego a mí. Me dedicó una breve sonrisa y negó con la cabeza-. Puedes irte a tu habitación Aurora.

Incliné la cabeza y le di las gracias antes de salir corriendo. No podía soportar estar allí por más tiempo.

Wolfgang

Me presenté ante la manada mientras los ancianos anunciaban mi compromiso con Tallulah.

Se aferró a mí fastidiosamente. No pude evitar sentirme culpable cuando vi los ojos llenos de dolor de Aurora. Parecían hinchados.

¿Se había pasado toda la noche llorando, después de que yo saliera de su habitación?

¿Por qué no había sido capaz de luchar? No quería hacerle daño.

No había querido marcarla.

Max y Remus se acercaron a ella. No pude evitar el gruñido bajo que se me escapó de la garganta al ver que Max le ponía una mano sobre el hombro.

Ella le miró mientras decía algo, luego sonrió y asintió.

Apreté la mandíbula.

-¿Pasa algo, cielo? -preguntó Tallulah.

-No -dijo con los dientes apretados.

Odiada Por Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora