Capítulo 21

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Wolfgang

Habían pasado un par de días desde que Aurora entró en la oficina y me vio besándome con Tallulah. Había estado más distante que nunca.

Hablé con la señora Kala y decidí no despedir al pinche, con la condición de que ni él ni Aurora estuvieran en la misma habitación.

Aurora no se atrevía a decirme nada al respecto. Venía todas las mañanas a traerme el café y a hacer la cama, y luego se iba lo más rápido posible con la ropa sucia.

Más tarde me traía el desayuno y la ropa limpia. De nuevo, se aseguraba de pasar el menor tiempo posible cerca de mí antes de desaparecer por la puerta.

A las once, venía con otra taza de café, y la colocaba en mi escritorio antes de excusarse y marcharse sin ni siquiera una segunda mirada.

A mediodía, tanto ella como la señora Kala ponían la mesa para que Tallulah y yo almorzáramos, pero la señora Kala la instaba a irse poco después.

Y se pasaba toda la tarde en su habitación, así que no la volvía a ver hasta la cena.

No pude evitar mirarla de reojo. Me di cuenta de su aspecto frágil. Tenía bolsas bajo los ojos y parecía haber perdido peso. ¿Estaría comiendo bien?

-Oye, criada. ¿Qué es esto? -Interpeló Tallulah a Aurora, rompiendo mi cadena de pensamientos.

-Disculpe, señorita Wilhelm. Es la especialidad del día del chef. Pato asado con patatas gratinadas -respondió Aurora.

-¿Estás loca? Soy intolerante a la lactosa. No puedo comer queso. Llévate esto inmediatamente.

Aurora se apresuró a ir a su lado de la mesa y le retiró el plato. Dirigí a Tallulah una mirada de fastidio

-¿Qué? No puedo comer eso, cariño. Me hincha -hizo un mohín.

-Aurora es mi asistenta. Sólo recibe órdenes mías -recalqué mientras Aurora le servía un nuevo plato de comida, las patatas sustituidas por ensalada.

-Lo siento, cielo. No volverá a ocurrir -dijo Tallulah con su voz más dulce.

Terminé mi almuerzo y me dirigía a mi habitación cuando las voces de Max y Remus resonaron en mi cabeza.

-¡Alfa! ¡Alfa!

Me puse inmediatamente en alerta al sentir la urgencia en sus voces.

-¿Qué es?

-Ha habido una incursión en la frontera sur -informó Remus.

-¡Los renegados nos han atacado! -añadió Max.

Todos los pelos de mi cuerpo se pusieron de punta.

Salí corriendo por la puerta y atravesé el bosque. Me transformé en mi lobo, sin importarme que mi traje se hiciera pedazos.

Llegué a la frontera sur y encontré a varios de mis guerreros tirados en el suelo. Max y Remus estaban luchando contra un par de rebeldes.

Cargué contra uno y le partí el cuello en dos antes de lanzarme a por otro y morderle la espalda, incapacitándolo.

-¿Cómo demonios han llegado todos estos canallas aquí? -le gruñí a mi gamma.

-No lo sabemos, señor. Burlaron a los rastreadores y emboscaron a los guerreros -respondió, clavando sus colmillos en el cuello de un rebelde.

-¿Cómo es eso posible? Deslizarse entre los buscadores, con sus sentidos del olfato agudizados....Eso no es algo que se pueda hacer, a menos que....

Odiada Por Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora