Un vínculo oscuro (Borrador)

Capitulo 18

NIRELLE.

Estos dos últimos días con Alexander han sido divertidos, saber su historia a la de los chicos es sumamente interesante, pero caminando hacia la habitación de Astor, que la usurpe mientras él no está, me doy cuenta que se ha vuelto importante en mi vida, se que nos conocemos hace un mes, pero algo me dice que eso no es así.

Preparándome para dormir solo con su camiseta y mis bragas, me acomodo en el medio de una cama king, no me había dado cuenta de lo grande que era hasta que estuve sola.

Miro hacia el techo que tiene varias líneas delgadas de color dorado, la luz de la luna se filtra por toda la habitación, la primera noche que pase aquí me sentí aterrada pero solo hacia falta oler la almohada de Astor y ya me sentía segura.

Antes de que cierre mis ojos mi celular empieza a sonar, me asomo la mesita para ver el nombre de Astor en la pantalla, una sonrisa se extiende por mi rostro a medida que aceptó la llamada.

— Corazón — su voz ronca logra poner mariposas en mi.

—Hola — me acomodo en la cama.

— ¿Ya estás en la cama?

Pienso en decirle si estoy en su cama o no, pero como mi madre no crió a una cobarde decido seguir adelante.

—Si bueno... — tartamudeo — tome prestada tu cama mientras no estas — puedo escuchar un gruñido que sale de él.

—Perfecto, no será difícil que te mudes a mi cuarto una vez que regrese — sus palabras encienden mi cuerpo rápidamente — ahora dime, ¿Qué llevas puesto?

Aunque mi cara se sonroja tomo dos respiraciones antes de responder.

—Tu camiseta — su respiración se acelero un poco — y mis bragas negras.

Si mi cuerpo pudiera estar más caliente de lo que ya me siento, se que lo estaría.

— Bien, vas a seguir mis órdenes, ¿entendido corazon?

Un jadeo se escapa de mi antes de responder, que el me de ordenes provoca que mi centro se moje.

— Quítate las bragas — da suprima orden y la ejecuto — se para tus piernas — lo hago. — pon tu mano en tu centro y dime como esta.

Llevo mis dedos a mi centro y gimo por el roce.

—Astor..  —pierdo la voz.

—Dime corazón..

— Estoy mojada.

Un suspiro sale de él, algo tan normal pero que logra provocar una oleada de calor en mi centro.

— Bien corazón, empieza a frotar suavemente tu clítoris — hago lo que me dice y varios jadeos salen de mi — tus gemidos vas hacer mi muerte —su respiración se acelera igual que la mía — dime corazón extrañas mi boca.

Aunque me cuesta hablar, lo logró luego de varios segundos

—Si Astor, por favor... necesi...

Mi voz se apaga.

— Dime corazón, ¿Qué necesitas?

Suspiro.

— Correrme, por favor.

— Bien imagina que es mi polla la que te hace gritar — con esa últimas palabras aumentó la velocidad y una ola de placer recorre mi cuerpo, miro mis dedos con la prueba de mi orgasmo.

Nos tomamos varios minutos para tranquilizarnos.

— Corazón —habla Astor primero.

— ¿Si?