Capitulo 23

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Volveré te lo prometo.

Fueron las últimas palabras que me dijo Astor, no se adonde tiene que irse, no dijo mucho, solo que Rhett estaría a cargo y que Alexander junto a Bruno deberíamos irnos a la casa de Belcebú.

Miro por la ventanilla apenas está amaneciendo, busco mis auriculares y por primera vez en mucho tiempo abro mis mensajes.

Mamá: ¿Dónde estás?

Mama: ¿Por lo menos estás bien?

Mamá: Tienes que volver, tu padre está muy enojado contigo ya pasaron casi dos años.

Mamá: si no vuelves para Navidad ni te molestes en aparecer nunca.

Aunque sus mensajes me duelen muchísimo, trato de escribir un mensaje que indique estoy bien.

Yo: Estoy bien, gracias por preguntar y estoy a salvo.

Es información necesaria y nada más, ¿Quiero volver?, pero tampoco quiero estar lejos de ellos o tal vez si no se.

— Angel respira — Alexander habla y  me encuentro con sus ojos por el espejo retrovisor — todo estará bien.

Eso espero.

Tengo que tomar una decisión, cumpliré veinte en algunos meses, ya puedo tomar mis propias decisiones, tengo un trabajo o bueno espero seguir teniéndolo.

Le dedico una media sonrisa y vuelvo a mirar por la ventanilla, el sol apenas está saliendo y puedo ver los campos con cabañas a los lejos, son apenas visibles pero ahí están.

Dejo que mi mente se pierda en el sol cálido, en la temperatura que baja más cada cuanto nos alejamos del pueblo, como si mi cuerpo supiera que me estoy alejando de mi seguridad de mi hogar y lo más importante de Astor.

Tal vez todo es muy precipitado o no lo se, pero extraño su tacto, su presencia, con el me siento segura y no me he dado cuenta hasta que lo deje en nuestra casa, como él lo dijo una vez es nuestra.

El todo terreno gira hacia la derecha y nos metemos en un camino con varios árboles tapando el bosque que se encuentra allí, el camino sigue así al menos diez minutos hasta que a lo lejos puedo ver unas puertas de hierro, Alexander se detiene y introduce un código, entramos y devuelta almos cinco minutos hasta que mis ojos puedan ver algo mas que arboles.

Una mansión enorme, blanca nos espera al final, todo en ella grita poder, dinero y miedo, parece tan cara, sin duda esta mansión es nueva tal vez cinco años o menos, autos deportivos nos esperan en la entrada, ¿Belcebú vivirá con alguien?.

Estacionamos cerca de la entrada, Bruno me abre la puerta y me ayuda a bajar.

—Gracias — hablo siguiéndolo para bajar nuestras maletas.

Una puerta se abre y una chica joven con pelo rubio y un delantal sale por ella, ¿Novia?, ¿esposa?, ¿Demonio, ¿humana?.

— Bienvenidos — habla ella con una voz tan Angelical, ¿será su hija?. — me presento soy Dalia pero mis amigos me dicen Lia.

— Un placer conocerte Lia — Alexander le dedica una sonrisa encantadora, ella extiende su mano pero él en vez de apretarla le deja un pequeño beso.

— Alexander — una voz profunda interrumpe el momento, Dalia quita su mano rápidamente.

Belcebú sale con unos vaqueros y una camisa negra, me doy cuenta que todos los demonios tienen un ligero gusto por la moda.

— Belcebú — alexander le dedica una sonrisa, aunque los ojos de Belcebú parece que se lo va a comer vivo, alexander no se cohíba — Cuando ibas a decirnos que tenias una mujer.

Un vínculo oscuro (Borrador) Where stories live. Discover now