CAPÍTULO 21

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                                HARRY

Cerré la puerta detrás de mi y me recargué en ella por unos segundos. 《Debe ser una casualidad –pensé–. Mucha gente usa las mismas frases. Además, no es como si fuera algo distintivo de alguien en particular. ¿O sí?》
Después de calcular las probabilidades, me di cuenta de que mi cabeza estaba jugando conmigo y que de ninguna manera había relación entre.....Lou y Matt.
Sería más probable ganarse la lotería. Imposible.

Esa tarde recibí un mensaje de WhatsApp de un número desconocido. Un saludo simple. No le presté atención hasta que volví a recibir otra notificación.
Entonces, me llevé la mala sorpresa de que Liam le había compartido mi número a su hermano Ricky.
Que tragedia.
No importa que tan elocuente o simpático pueda ser, cuando alguien te cae mal, no hay manera de verlo diferente. Ricky intentó entablar una conversación hasta cierto punto decente, pero yo le puse menos atención que a un anuncio político. Al final me preguntó si ya tenía a quién invitar a la fiesta de fin de curso y me aclaró que, si yo aún no tenía a nadie, él podía acompañarme encantado de la vida. Primero me quedaba sin ir al baile que invitarlo a él. Claro, no se lo dije.

En lugar de eso, le agradecí la oferta, pero le dije que ya tenía con quién ir, aunque eso obviamente era mentira. Lo primero que hizo fue preguntarme el nombre de mi invitado, pero me negué rotundamente a contestar.
De inmediato, trató de adivinar y me preguntó si Lou –a quien llamó naco, idiota y demás cosas– era el afortunado. Insistí en que no le iba a revelar nada y fue hasta que se cansó y dejó de escribirme.
Gracias al cielo.
Al día siguiente, en el colegio, Ricky se me acercó durante el segundo descanso. Su actitud era diferente, era obvio que estaba aplicando esa técnica que todos utilizamos cuando queremos mostrar un lado de nosotros mismos que no dice cómo somos en realidad. Al parecer se le olvidó que lo conozco desde que yo tenía 10 años y que se cómo actúa en la vida real.

—¿Por qué no me quieres decir a quién invitaste?
—No tengo porque decírtelo.

Entonces, en un breve momento de desesperación, salió su verdadero yo.

—Sí sabes que todos los chicos de tu grado se mueren por invitarme, ¿verdad?
—No, no lo sabía –le dije.
—Entonces, ¿por qué te haces del rogar?
—No me hago del rogar. De echo, todo lo contrario, preferiría que no me ruegues y que me dejes en paz.

Pude ver como en cuestión de segundos su rostro se puso rojo del coraje.

—Pues te lo advierto –peló los dientes–.
—Si invitas a ese naco del San Marcos que se llama Louis, le voy a dar una paliza que nunca se le va a olvidar. Me la debe y me la voy a cobrar.

A palabras necias, oídos sordos. Me limité a escucharlo.
Ya cuando Ricky por fin se fue, me puse a pensar en lo que había dicho. Ricky puede ser tan tonto que en una de esas, si cumple sus amenazas. Pero me estaba adelantando, la verdad era que aún no decidía a quien invitar al baile y no lo haría sino hasta después del fin de semana, una vez que hubiera conocido a Matt en persona. En una de esas, a lo mejor y era tan guapo como Lou y me dejaría sin ninguna opción.
Liam llegó minutos después para preguntarme que me había dicho su hermano.

—No le hagas caso –me dijo–. —Invita a quien tú quieras.
—¿Ya no piensas que es mala idea invitar a Lou?

Liam me dijo que, por todo lo que Zayn le había platicado, Lou era prácticamente San Martín de Porres, un tipazo.

—Además, si ese Louis te mueve el tapete, no veo porque no aprovechar esta oportunidad. La fiesta de fin de curso es una vez al año.
—Yo....aún no estoy seguro.

Liam abrió los ojos del tamaño de dos balones de fútbol.

—¿Seguro de qué? –casi grita–. —¿Hay alguien más?

Bajé la mirada, tratando de no cruzarla con la suya.

—¡Maldito perro! –rió–. —¿Qué no me has dicho que debería de saber?
—Nada.
—¿Entonces?

Evalué por unos segundos si debía contarle o no acerca de Matt. Liam ha sido mi confidente desde que tengo memoria, pero, no se, por alguna razón, hasta ese momento no le había dicho nada de mi amigo anónimo.
Tal vez tenía miedo de que, si le decía, me iba a tachar de tonto. ¿Quién más establece una relación anónima con un tipo al que le dieron un número falso que terminó siendo el tuyo y decide escribirte una noche, a las dos de la mañana?
Liam insistió tanto, que me preparé para platicárselo todo. Pero justo cuando comencé, sonó el timbre que indicaba el fin del descanso y todo quedó en suspenso.

—De esta no te salvas, al rato me lo cuentas todo, hasta el último detalle.

A mi se me escapó una carcajada y le dije que si para que pudiera regresar al salón tranquilo.

ANÓNIMO ||TERMINADO||Where stories live. Discover now