CAPÍTULO 3

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                               HARRY

Los hombres son un misterio. Primero están detrás de ti, insiste e insiste para que les contestes el teléfono. Luego, cuando te decides a hacerlo, te ignoran y no vuelven a contestarte los mensajes.
La conversación de anoche, aunque corta, me hizo guardar su número. No me preocupé por mi foto de perfil porque, en su lugar, siempre tengo una florecita.

Oye, eso de que tengo 70 años y vivo en un asilo es una broma ¿eh? Y tampoco tengo nada postizo.(8:04am)

¿Qué pasa, ahora te vas a hacer el mudo?(8:06am)

No me contestó.
Mi día continuó como de costumbre. Pero para las diez de la mañana, hora del primer descanso en la escuela, me volvió a entrar la curiosidad de saber si al menos había leído mis mensajes. Las flechitas no estaban marcadas, pero eso no quiere decir nada, no cuando hay aparatos en los que puedes presionar ligeramente la pantalla y obtener una vista previa del mensaje recibido.

Si sabes que es de mala educación no contestar los mensajes, ¿verdad?(10:12am)

Nada, ni siquiera las dos flechitas.
El resto de las clases me la pasé revisando de reojo mi teléfono para ver si había alguna señal. Por un momento me entraron unas ganas de marcarle sólo para decirle de lo que se iba a morir.

No sé para qué sigo perdiendo el tiempo. Ni siquiera te conozco. Si te contesté ayer, fue por educación, cosa que por lo visto a ti te hace falta. No me vuelvas a escribir. Y si lo haces, que te quede claro que no te voy a responder. (3:21pm)

Ni los libros ni la televisión fueron suficientes para quitármelo de la cabeza durante toda la tarde. ¿Por qué carajos dejó de contestarme? No sabe quién soy, no me ha visto nunca. ¿Qué hizo que de repente dejara de estar interesado?

Que tengas una bonita vida👋🏻.(7:40pm)

Estuve a punto de mandarle otro mensaje pero decidí mejor dejarlo por la paz. Apenas acabé de mandarle el último mensaje cuando escuché que llamaron a mi puerta.

—Pasa.

Era papá y tiene la costumbre de llegar directamente del trabajo a saludarme y avisarme que la cena está lista. De chico me gustaba mucho que lo hiciera, pues podía quedarme horas escuchando como le fue en su día. A esta edad no puedo decir lo mismo. Lo amo, claro está, pero a veces habla tanto que puede llegar a ser algo tedioso.

—Ya esta la cena mi vida.

Cuando vio que traía el teléfono en la mano, de inmediato me preguntó con quién hablaba. Y es que papá últimamente se ha convertido en el hombre más celoso del universo. No es broma, es como un sargento militar cuando se trata de chicos (a excepción de Liam). En serio, solo le faltan la gorra y la carabina. No se cansa de decirme lo mal que están las nuevas generaciones y lo importante que es que me mantenga alejado de toda esa degeneración. Se que me adora y que por eso lo hace, pero un papá celoso e intenso puede ser una verdadera tortura.

—Con nadie papá.
—Eso no te lo creo. Anda, dime la verdad.
—Con Liam
Papá levantó la ceja.
—Es verdad—le dije—. Si no me crees, te enseño el chat. Pero te advierto que hablábamos de cosas de adolescentes.
Cuando le mostré la pantalla, papá se volteó inmediatamente.
—No gracias, no es necesario. Te creo.
Lo conozco tanto que sabía que esa sería su reacción.
—Anda que mamá nos está esperando en la cocina.

Le di un beso de camino a la cocina.
Después de la cena regresé a mi habitación, ahora sí a platicar con Liam. Ya me había dicho pero me confirmó que al día siguiente era la fiesta de su prima. Yo le dije que todavía no sabía si quería ir, que tal vez preferiría quedarme en casa. No es que no me guste salir, al contrario, lo hago cada que tengo una oportunidad. Pero la prima de Liam es la tipa más sangrona que cualquiera se pueda imaginar. Es tan odiosa que no tiene amigos y por eso tenemos que entrarle al quite. Pero Liam me insistió tanto que no me quedó de otra más que aceptar. Además, por ser una fiesta 《familiar》no batallé mucho para que mi papá me diera permiso.
El día de la fiesta me la pasé al lado de la mesa de botanas, rellenando mi platito con papitas y cacahuates cada que se me acababan. En cambio, Liam conoció a un chico con el que se la pasó, según dice él, fenomenal. Desde que lo conozco siempre ha sido el suertudo de los dos. Si copiamos en el exámen, a mi me sorprenden y me mandan a la dirección. Si compramos un boleto para una rifa, él se gana el premio. Si vamos a la disco, a él lo sacan a bailar. Y no es porque sea más bonito o porque tenga mejor carácter.

ANÓNIMO ||TERMINADO||Where stories live. Discover now