Mi pequeña Omega

cap 20

ya habían pasado dos semanas desde que arlecchino dejo a furina lo cual hizo que ni siquiera saliera de su habitación en año nuevo y apenas los sirvientes pudieron hacerla comer, su pareja predestinada la abandonó ¿solo fue un juguete para ella? todo lo que habían pasado juntas, aquellos momentos solo fueron mentiras, eso era lo que pensaba, debió haberle echo caso a neuvillette y clorinde, debió haberse alejado de esa fatui desde hace mucho tiempo, su Omega interior seguía devastado lo cual hacia que sufriera más ¿cómo pudo enamorarse de esa persona? gracias a ella no pudo cumplir su misión, el peor error que cometió en toda su vida fue haberse enamorado de esa fatui -señorita furina, es hora de comer- aviso Madame Chevalmarine intentando que saliera de su cuarto, apenas y dejaba que entrara -no quiero comer..- dijo la peli-blanca acostada en su cama, todos los peluches o bueno, todos los regalos incluyendo el peluche de nutria los tiro, no quería volver a ver nada que le dió arlecchino.

-tiene que comer para no enfermarse señorita furina-

-dije que no quiero comer-

-solo un poquito, si?-

-que no! solo...déjame sola-

-esta bien(juro que si vuelvo a ver a esa mujer la mataré con mis propias manos!)- pensó Madame Chevalmarine mientras se iba, esa alfa había lastimado a la señorita furina, la chica que vio crecer y crío junto con Mademoiselle Crabaletta y Gentilhombre Usher ¿acaso solo la vio como un juguete que podía tirar cuando quisiera? no importaba si era una Omega, era una persona con sentimientos, en definitiva todos los alfas eran iguales excepto por neuvillette y clorinde, todos los alfas que llegó a conocer siempre pensaban que un Omega simplemente servia para tener hijos o más cosas, que nunca sería nada más en la vida -tengo una idea! que tal si la señorita furina se va de viaje? así podria olvidarse un poco de esa alfa y podría divertirse además, está en vacaciones- propuso Gentilhombre Usher, solo quería ver a la peli-blanca feliz otra vez, que volviera a tener esa sonrisa -seria bueno pero tal vez no acepte- dijo Madame Chevalmarine, sería difícil que aceptara irse de viaje pero no imposible.

era de noche mientras furina intentaba conciliar el sueño pero no podía, tenía preguntas y recuerdos que la atormentaban ¿solo la utilizo? ¿por qué? ¿por qué después de todo lo que hicieron se fue? estaba sobrepensando todo, cada recuerdo, cada palabra, todo solo fue una mentira y ya, no hubo ninguna pizca de amor ni en los abrazos, era una fatui, hasta en la organización que trabaja daba la señal de no confiar pero no, tuvo que seguir a su corazón y no a su mente para que ahora sufriera la consecuencias, después de todo, sus amigos tuvieron la razón -señorita furina, le tenemos una sorpresa- dijo Madame Chevalmarine entrando al cuarto junto con los otro dos sirvientes -no quiero, ahora vayanse- ordeno mientras se cubría completamente con su sábana, ya ni quería ver a sus seres queridos, incluso cuando neuvillette y clorinde se dieron cuenta de lo que había pasado fueron a la mansión a hablar con ella pero no los recibió -le organizamos un viaje hacia sumeru!- dijieron los tres sirvientes al mismo tiempo, durante todo el día hasta la noche estaban pensando en que nacion fuera la señorita furina y viendo que la nación de la sabiduría tenía muchas cosas exóticas y bastantes lugares por visitar no podría pensar para nada en esa mujer que ahora odiaban más allá de todo teyvat -QUE?- grito la peli-blanca saliendo de su manta de protección para verlos ¿cuando sus sirvientes organizaron un viaje hacia sumeru para ella? o mejor dicho ¿cómo lo hicieron?

-mañana a las 8:00de la mañana tiene que estar en el aeropuerto-

-c-cuando hicieron eso?-

-en todo el día mientras usted estába en su cueva-

-primero, es mi habitación, no una cueva... y segundo, con que dinero pagaron el pasaporte?-

-bueno... no le importara mucho que haya Sido con su dinero, verdad?-