capítulo 11

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- ¡No!, no, no me voy a subir a ese auto contigo - exclamó Jessica con firmeza mientras salía de la escuela - Ya me generaste un trauma y aprecio mi vida, gracias

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- ¡No!, no, no me voy a subir a ese auto contigo - exclamó Jessica con firmeza mientras salía de la escuela - Ya me generaste un trauma y aprecio mi vida, gracias.

Ella estaba mintiendo. Cuando sus latidos volvieron a la normalidad y su mente se tranquilizó, notó que, en realidad, había disfrutado del viaje en el Volvo de Edward. Había sido una experiencia intensa y emocionante, como si estuviera montando en una montaña rusa con toda la adrenalina fluyendo a través de su cuerpo.

Edward, a su lado, rio divertido por la falsa negativa - Entonces, ¿Para qué sales al estacionamiento?

Jessica, sin dejar de mostrar su determinación, descendió las escaleras que llevaban al piso del estacionamiento y respondió con un aire de confianza en sí misma - Porque planeo decirle a Bella que me lleve - Su tono tenía un matiz de desafío, como si estuviera dispuesta a recurrir a cualquier estrategia para evitar subirse al auto de Edward nuevamente.

- Nunca te subirías a ese auto, lo odias - dijo Edward.

Jessica finalmente se rindió, tal vez había sido muy obvia al decir que planeaba irse con Bella - Tienes que admitir que ese auto es horrible, ¡Naranja oxidado! - exclamó con un toque de incredulidad - ¿Quién usa un auto de ese color?

Edward con una sonrisa victoriosa, respondió en un tono obvio - Bella.

La rubia rodó los ojos, reconociendo la lógica irrefutable de la situación - Claramente - dijo con sarcasmo - Por favor, si puedes, convéncela de pintar el auto, creo que de solo ver el color me duelen los ojos.

- ¿Tanto odias ese color? - preguntó Edward, curioso por la aversión de Jessica al naranja.

- El naranja es un color muy estridente, abrasivo a la vista - respondió la de ojos azules con convicción - Te juro que cuando veo el auto de Bella, pienso en un gran cangrejo.

Edward no pudo evitar reír ante la inusual comparación - ¿Un cangrejo? - preguntó, aún divertido por la imagen mental que le había proporcionado Jessica.

- Sí, un gran cangrejo - confirmó Jessica con una sonrisa divertida - Para mí, el naranja es el peor color que puede existir.

Edward, interesado en conocer más sobre los gustos de Jessica, preguntó - ¿Cuál es tu color favorito?

Jessica hizo una pausa pensativa antes de responder - Depende - comenzó - Por ejemplo, si se trata de ropa, me gusta el blanco, el beige y el negro; combinan con todo. Si fuera para pintar mi habitación, diría lila. Si se trata de un auto, diría plateado. Y si hablamos de un arreglo floral, las rosas rojas son la mejor opción. Todos los colores tienen algo hermoso, ya sean solos o combinados, a excepción del naranja - se apresuró en agregar - Obviamente.

Edward asintió con complicidad - Obviamente - dijo, compartiendo el sentimiento de Jessica hacia ese particular color.

Jessica parecía que iba a decir algo más, pero sus palabras quedaron atrapadas en su garganta y su mirada se desvió de Edward. A pocos metros de ellos, Lauren Mallory los observaba, con una expresión que oscilaba entre el anhelo y la traición.

Romeo, Julieta y la chica que arruinó el clichéWhere stories live. Discover now