capitulo 3

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A pesar de que su objetivo a corto plazo de obtener el número de Edward no se logró durante esa clase, Jessica había notado la efectividad de su simple pero efectiva táctica

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A pesar de que su objetivo a corto plazo de obtener el número de Edward no se logró durante esa clase, Jessica había notado la efectividad de su simple pero efectiva táctica. Decidió aplicar la misma tortura a los otros tres hermanos de Edward, y fue Emmett quien finalmente cedió.

Sin embargo, Jessica tenía la impresión de que no había obligado a Emmett a darle el número; más bien, parecía que el Cullen había disfrutado del juego y había decidido cooperar por su propia voluntad. El hermano mayor tenía una gran sonrisa en el rostro mientras escribía los números en un papel.

Para Jessica, Emment se había ganado un lugar especial en su lista de "Hermanos mayores favoritos" debido a su actitud de disfrutar viendo a su hermano menor sufrir.

Con el numero en la mano, Jessica se siente victoriosa, había logrado lo que se propuso, y ahora tenía acceso al tan deseado número de Edward Cullen.

Tan pronto como Jessica llegó a su casa, corrió a su habitación en busca de su teléfono, que había olvidado llevar consigo ese día. A veces se sorprendía de lo olvidadiza que podía llegar a ser.

La rubia marcó rápidamente los números del número que había conseguido y presionó el botón de llamada. Escuchó dos pitidos antes de que una voz masculina familiar respondiera desde el otro lado.

- ¿Hola? - preguntó la voz.

- Hola, desaparecido - saludó Jessica con un tono empalagoso, solo para fastidiarlo un poco. 

Esto seria interesante.

Hubo un breve silencio en la línea antes de que Edward finalmente hablara, su voz sonaba incrédula y cautelosa, claramente no esperara que Jessica lo llamara.

- ¿Jessica? - preguntó, evidentemente sorprendido por la llamada.

- La única e inigualable - respondió la rubia con calma, cambiando su tono a uno más relajado.

La siguiente pregunta de Edward fue directa al grano - ¿Cómo había obtenido su número?

 La de ojos azules no tenía intención de revelar sus métodos, al menos no de inmediato. - Ummm... es un secreto - susurró, seguido de una risa juguetona.

- Jessica - El Cullen volvió a hablar, esta vez con un tono serio y autoritario. Jessica no pudo evitar rodar los ojos ante su actitud.

- Oh, Edward, una chica tiene sus secretos, secretos que no puede revelar - explicó con paciencia, como si estuviera hablando con un niño pequeño. 

- ¿Cuál de mis hermanos fue? - su voz suena enojada e irritada.

Oh no, Emmet parece que estaras en problemas.

- Oh, bueno, la incertidumbre no duro mucho tiempo- dijo con un tono de desilución, le hubiera gustado masntener más tiempo el suspenso.

Tal vez el dicho "Los secretos siempre salen a la luz" tenia razón.

- Fue Emmett, aunque Rosalie parecía dividida entre hacerlo y matarme – ella tiembla levemente al recordar la mirada matadora de la rubia - Edward, tu hermana tiene serios problemas de ira.

Edward suspira molesto y exasperado para luego hablar – Jessica, por favor, borra mi número.

Antes de explotar, la castaña se queda en silencio por unos segundos.

¿Qué borre su número?

- ¿Disculpa? ¿Sabes lo difícil que fue conseguir tu número? Tres días, ¡Me tomo tres días y con riesgo de muerte por parte de tus hermanos!, los rubios - especifica - Tal vez el gen Hale tiene un gen asesino o algo así, temí por mi vida. Así que, lamento informarte que la única manera en la que no tenga tu número es que cambies de número, el cual, te voy avisando, voy a conseguir. Mis padres no criaron a ninguna perdedora, no señor.

Edward soltó otro suspiro.

¿Por qué no podía estar en paz, aunque sea por dos semanas?

Jessica tomó el silencio de Edward como una victoria y decidió continuar con el propósito de su llamada. – Pero, volviendo al tema de mi llamada, ¡Edward Cullen! Posiblemente seas el hombre más rígido en cuando a sentimientos que existe, "Tendré que soportarlo" – repite sus palabras con una muy mala imitación de voz infantil – ¡¿Tendré que soportarlo?! ¿Qué clase de frase de coqueteo es esa? Sinceramente, todos los románticos deben estar retorciéndose en sus tumbas por tus palabras. Así que, trae tu trasero de vuelta a Forks en este preciso momento, discúlpate y habla con Bella de manera correcta.

Ella asiente satisfecha con sus palabras, su mensaje estaba claro: "Sera mejor que traigas tu trasero a Forks, Edward Cullen"

- No lo entiendes, Jessica, no puedo, no puedo estar con Bella, es peligroso – murmura con dolor.

Ella rueda los ojos por lo dramático que es el castaño.

- ¿Qué es esto Romeo y Julieta? ¿Eres Romeo? ¡Oh, Romeo! ¡Romeo! ¿Dónde estás? ¡No te veo! – pregunta con un tono sarcástico.

El Cullen suelta un bufido al otro lado de línea, divertido con sus palabras que, aunque ella no lo sepa, tienen algo de verdad.

- Mira, Edward, cualquier cosa que estes pensando en estos momentos, ignóralo, es el siglo 21, cualquiera que sea la escusa por la cual según tu no pueden estar juntos puede ser solucionada...

- Pero...

- Será mejor que vuelvas porque seguiré molestando a tus hermanos para saber dónde estas y te traeré aquí para que te encuentres con Julieta o ellos estarán tan traumados que lo harán por mí, ¿Capici?

Por un par de minutos, Edward no responde, y por un momento ella cree que él ha cortado la llamada y ella no se ha dado cuenta, cuando está empezando a alejar el teléfono de su oído para ver si su teoría es verdad o no, Edward vuelve a hablar – Capici.

Romeo, Julieta y la chica que arruinó el clichéWhere stories live. Discover now