Capítulo 26: Me Tuvo, Me Tiene y Me Tendrá En Sus Manos Toda La Vida.

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ARTHUR




— ¿Segura? — me quitó la manos de su rostro asustada — Vamos al American ahora.

— No — dijo alarmada, la miré confundido — Estoy bien, solo que anoche comí algo que me hizo mal, solo eso — asentí, Catalina se sentó derecha y cerré la puerta para rodear el vehículo y subirme.





Llegamos al piso y Merianne estaba en la alfombra rodeada de muchos juguetes, estiró sus brazos enseguida a mi, sonreí feliz. Siento que ya se acostumbro a que yo soy su padre, y que ama pasar tiempo conmigo como yo con ella, que esto se dió así natural, sin forzarlo, esa conexión mágica, la olí dándole besos apretándola contra mi, quiero dormir todas las noches con este olor a bebé.

— Hola Arthur.

— Señora Hernández — hice un movimiento de cabeza y sonrió.

— ¿Tienes turno de noche? — le preguntó Catalina acercándose a darle un beso.

— No, mañana — Catalina sonrío feliz, yo quería dormir con mi hija de nuevo, pero estarán las dos aquí.

— Iré a cambiarme — dijo Catalina.

— Mamá — la apuntó Merianne.

— Sigamos a mamá — le di besos caminando por el pasillo siguiendo a Catalina — Catalina — se frenó en la habitación.

— ¿No te gustaría ir a dormir a mi piso esta noche? Quiero llevarme a Merianne conmigo — movió sus ojos pensándolo, confundida, algo dolida.

— Es mejor que no — no respondió enojada, siguió caminando al vestidor.

— ¿Se puede saber el motivo?

— No hay ningún motivo — se hizo le desentendida.

— ¿Y entonces? ¿Por qué no? En serio me gustaría llevar a mi hija a mi piso, tenerla ahí.

— Bueno está bien — respondió girandose entrando al baño, miré a Merianne feliz, la tomé levantándola.

— Mamá dijo que si, dormirás conmigo esta noche — Merianne se puso a reír mirándome sin entender nada, le hice cosquillas en el cuello llenándola de besos y me la llevé de vuelta al salón para jugar con ella en la alfombra y darle la cena que la abuela Nana le estaba calentando.







Llegó el momento de irse, Catalina armó un bolso para ella y otro para Merianne.

— ¿Segura que no te molesta que te deje sola? — la madre de Catalina entornó sus ojos riéndose, sonreí mirándola.

— ¿Cuántas veces lo vas a preguntar? — Catalina sonrió abrazándola dándole un beso, se aman demasiado, Catalina es muy cariñosa con su madre, a cada minuto la abraza dándole besos.

— Ven hija a despedirte de Nana — me acerqué con Merianne que está con un abrigo que le compré el otro día y se ve adorablemente exquisita.

— Uy tesoro será la primera noche que no pasas en casa, te extrañare demasiado amor — Eliana la tomó del rostro llenándola de besos, y la soltó, me despedí de ella — Cuida a mis niñas por favor — le asentí.

— Por supuesto, cualquier cosa llama — asintió, Catalina se despidió de nuevo de ella y salimos.











— Hoy pedí que te prepararan la habitación de invitados — Catalina me miró enseguida algo confundida, abrió su boca para preguntar algo, pero luego la cerró, no dijo nada — ¿Qué quieres pedir para cenar?

La Culpa Fue De Tus Ojos Where stories live. Discover now