Capítulo 18: Papá Arthur.

1.2K 104 27
                                    

CATALINA





Arthur: 10:45 a.m. Piso 1 Pasillo D, American.

Miré la hora, son las 08:00 a.m. bebí leche en el tazón y sentí los pasos de mamá bajando.

— Esas ojeras me avisaron desde que pise la escala que no dormiste nada anoche — sonreí mirándola — ¿Te habló? — asentí soltando el tazón.

— Si, el examen será a las 10:45 — mamá hizo una mueca.

— Si quieres puedo pedir el día para acompañarte.

— No tranquila, estaré bien.

— ¿Irás en el auto?

— No descuida, no me encuentro en un estado apto para conducir y menos con Merianne — asintió más tranquila, se acercó abrazándome y me hundí en su abrazo.

— Siempre has sido mi niña fuerte — me dio un beso en mi frente — Aún recuerdo cuando yo te vestía con vestidos de princesas y luego te encontraba con el vestido rasgado colgada de un árbol — me puse a reír — Para mi siempre serás esa mujer de alma libre y fuerte, no olvides que eres así — asentí sonriendo, me dio un beso en mi mejilla — Hiciste lo correcto quedándote, la verdad tiene un mal hábito y es que siempre sale a la luz, debes pensar que lo hiciste por Merianne, no importa nada más.

— Cierto — sonreí triste — Cuídate — me movió la mano mientras se ponía su abrigo y salió del piso. Terminé de tomar la leche, le preparé una leche a Merianne para cuando despierte y subí a ducharme.











— Llegamos señora — el chofer se bajó rodeando el auto, me ayudó abriendo la puerta, me acomodé bien el bolso al hombro y acomodé a Merianne en mis brazos, quedó rendida, siempre se queda dormida cuando andamos arriba de en auto, se relaja mucho con el movimiento. La vestí de forma hermosa por si alguien la ve.

Caminé por el pasillo y a cada paso que daba se hacía un nudo dentro de mi, me frené, tapé a Merianne con una manta para que no la vean dormir y los ruidos no la molesten. Boté aire, si estoy aquí es porque no me creyó cuando le dije que después de él no había existido ningún hombre en mi vida, me merezco que desconfíe, mis actos se lo merecen, y me da pena pensar que yo estoy haciendo pasar por esto a Merianne.

Entré al pasillo D y enseguida vi a Arthur y toda su familia. Reconocí a su madre y a Hunk, todos los demás no sé quiénes son, pero todos se pusieron de pie mirando la manta que llevo en mi hombro, cuando me acerqué lo suficiente me senté a unos cuantos asientos de ellos a esperar a que nos llamen. No quiero mirar a nadie, me siento demasiado avergonzada, culpable, dolida, con miedo, e infinitas cosas más.

— Merianne Hernández — me levanté de mi asiento con bolso y Merianne al hombro — Arthur Cruz — ambos nos acercamos al médico — ¿Quién entrará primero?

— Yo por favor  — dije enseguida, el médico me asintió guiándome y lo seguí dentro de la habitación, cerró la puerta tras de mi.

— ¿Está durmiendo? — preguntó sonriendo.

— Si — me indicó una camilla, así que ahí apoyé despacio a Merianne, me quité el bolso, Merianne se movió mirándome enojada, sonreí observándola, eso definitivamente lo sacó de mi, se enoja cada vez que la despiertan — Bebé despierta.

— En los registros me aparece que tiene ocho meses, ¿Eso es correcto?

— Si — miré al doctor y seguía anotando cosas y preparando los implementos.

— Será rápido, solo pasar este hisopo por la boca recogiendo mucha saliva — asentí, el doctor se acercó, Merianne hizo un puchero cuando la tomó.

La Culpa Fue De Tus Ojos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora