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Melody

Dejo los platos en la mesa, como siempre desde el día que llegue a este lugar he cocinado y me he encargado de la alimentación de mis dos Daddys. Todas las noches cenamos juntos ya sea aquí en el departamento o en algún restaurante, aunque prefiero la primera opción porque amo cocinar. Mis Daddys casi siempre llegan a la hora de cenar, rara vez llegan más temprano porque sus horarios no se lo permiten. Me sorprendí mucho al verlos tan temprano en el departamento y después de una larga sesión de besos y caricias pudieron darme un descanso y venir a hacer nuestra cena.

—Huele delicioso— Alen me abraza por la espalda y mira la mesa con los platos —Tienes unas manos grandiosas al igual que tu talento—

—Gracias, Daddy— Acaricio sus manos en mi vientre —Ya todo está listo—

—Genial, muero de hambre— Besa mi mejilla y se sienta en su lugar.

Segundos después aparece Axel en el comedor y nos centramos en disgustar nuestra cena. Ellos me hablaban de su día y yo les contaba sobre el mío.

—¿Y que más compraste, nena?— Pregunta Axel.

—Cindy me ayudo a comprar la mayoría de las cosas, así que comprar mucha variedad como maquillaje, cosméticos para el cuidado de la piel, perfumes y accesorios— Suspiro —Lo siento si gaste mucho, pero Cindy es una chica muy difícil de convencer y no quiso dejar de comprar—

—El dinero no es algo importante y Cindy solo quiso ayudarte— Suelta Alen después de llevar un poco de vino a su boca —Puedes comprar todo lo que desees, no tendremos problemas con eso—

—Aun así, no quiero gastar su dinero, ya mucho hacen en tenerme aquí con ustedes y pagar mis matriculas de la universidad— Miro mi comida.

—Ahora eres nuestra Baby, te mereces todo y debes entenderlo— Axel acaricia mi cabello —¿Y que más compraste aparte de eso?—

—Compre varios bodys para dormir y... — Los miro con una sonrisa en mis labios —Otras cosas, pero eso se los enseñare antes de ir a dormir—

No le doy más explicaciones y me concentro en terminar mi comida. Después de lavar los platos y dejarlos en su lugar al estar ya seco, me dirijo a nuestra habitación. Mis Daddys ya estaban acostados en sus lugares, hablaban entre ellos y no notaron mi presencia. Camino al clóset y me encierro dentro de el para ir por el body que les enseñare.

Me desnudo por completo, mi piel brilla y desprendía un olor muy agradable que a mis Daddys les encantará. Me coloco aquel body de encaje que solo cubre mis pezones y mi intimidad, la tela transparente es color piel y se ajustaba perfectamente a mi cuerpo. Acomodo un poco mi cabello mientras me miro al espejo para darme ánimos y sacando la valentía que tengo escondida en mi ser.

Esta noche dejare de ser una niña, esta noche empezará mis días de mujer y llevaré mi autoestima por lo alto, así como lo tienen Samantha y Cindy.

Respiro hondo antes de salir, mis Daddys aun hablan muy animadamente —Daddys—

Ellos rápidamente miran a mi dirección, veo como tragan duro y se sientan en la cama sin dejar de mirarme con lujuria y deseo. Siento como si todo el lugar se vuelve tenso y caliente, mi cuerpo tiembla y mi corazón palpita con rapidez. Ellos no dejan de mirar mi cuerpo, veo como en cualquier momento se lanzarán a comerme con esa mirada hambrienta que me dan.

—Compre varios— Camino con lentitud hasta subirme a la cama —Estos fueron las otras cosas que compre y quise enseñarles ¿Les gusta?—

—Joder, cariño— Dice Alen con voz demasiado gruesa de lo normal —Te vez malditamente sexy—

Mis Dos DaddysWhere stories live. Discover now