22. Vida

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AKEMI

Día 284, sábado

Me miro al espejo sujetando la sudadera que llevo puesta, he despertado más temprano de lo habitual decidida y emocionada lo cual me agrada, me gusta cuando esta sensación me embriaga, siento algo de temor, pero..., quiero hacerlo. Muerdo mi labio inferior nerviosa, creo que..., incluso me veo bonita, no lo sé. También he aprovechado para intentar hacerme un peinado tal como Mayida me enseño, algo simple. Me miro de costado, no es perfecto, pero me gusta. La ventaja de la sudadera que llevo es que cubre la mayoría de mis cicatrices, incluso las que yo misma me hice. En cuanto a lo demás llevo un pantalón, estoy lista.

Aún es temprano por lo que no me sorprende no encontrar a nadie en la cocina. Durante el tiempo que permanecimos con la Reina Erea, durante los últimos días bebí sangre de copas, Zia se quejaba cuando debía terminarse un enorme vaso, sonrío al recordarlo, Erea decía que se comportaba como un niño, Drake no tenía problemas con terminarse un vaso similar. Desde lo ocurrido con esos otros vampiros no pude volver a tomar de esa manera, me causaba nauseas, tampoco podía tocar a Zia o estar muy cercas suyo, permanecían los recuerdos cuando ese par me tocaban, aun así, apenas lo hacía cuando bebía de él, era imposible evitar su exquisita fragancia y ese deseo se instala cuando estoy muy cercas suyo.

Luego de mucho tiempo ya no me causa problemas, desde que estamos en esta casa la sangre se conserva en una jarra y siempre hay un vaso lleno a su lado en caso de que el castaño así lo requiera. Lavo el vaso una vez termino y miro a mi alrededor, ¿espero o voy a la habitación? Me pregunto internamente mordiendo nuevamente mi labio, últimamente le he tomado manía.

Desde hace tiempo no dejo de revivir recuerdos, Andrómeda dice que lo son, aún es confuso. En la mayoría de ellos he visto al joven, como Zia suele dibujar para Drake le pedí hacerlo para mí, le he contado del joven al que veo, de algunos recuerdos, ahora tenemos un block especial para mí, ha retratado y coloreado el rostro de Adel.

Suspiro y me encamino al cuarto de ellos, casualmente posee paredes color azul combinando perfectamente con sus ojos. Abro la puerta sin siquiera tocar deteniéndome abruptamente aguantando la respiración, es imposible no mirar su desnudo y húmedo pecho, al ascender a su rostro el habitual color rojo está ahí, me encanta cuando se pinta de aquella manera, aunque encontrarlo en ese estado ha aumentado mi nerviosismo por lo que desvío la mirada viendo de vez en cuando de soslayo, ¿cómo no hacerlo?

-Es sábado -menciono.

No hemos salido en meses, tan solo los miércoles que Andrómeda solicito, los viernes ella suele venir. Pero, creo que hoy podríamos salir.

-¿Segura?

Levanto la cara para ver su rostro, asiento.

-Nada más que salga Drake.

Sonrío emocionada sintiendo a la par un poco de temor, pero quiero hacerlo.

Los espero en la sala viendo todo a mi alrededor, aunque la imagen de su pecho no sale de mi cabeza y nerviosa sonrío. Es curioso como Zia provoca extrañas sensaciones en mí, calma, seguridad, apego, felicidad, suele parecer tan inalcanzable, pero al mismo tiempo es sencillo estar con él. Además de aquello que me consume cuando bebo de él.

Una vez listos lo tomo de la mano antes de salir, nerviosa por lo que está por acontecer, nerviosa por lo que aconteció minutos atrás, suspiro y salimos.

Antes el exterior era irreal, todo lo era, desde que estoy con el ojiazul todo se ha vuelto real, con él nada es imposible. Hoy estoy afuera, el sol resplandece sobre nuestras cabezas.

Sin destino, sin rumbo andamos por la ciudad observándolo todo. Miradas se posan en el castaño, su cicatriz siempre llama la atención, lo que a mí me intriga es como ahora no le toma relevancia, no agacha la cabeza como usualmente hacía. Eso me hace recordar al par de aquel día, una vez me dejaron en ropa interior sonrieron al notar mis cicatrices.

-Mira eso, esta chica es más fuerte de lo que aparenta. Así más ganas dan de procrear con ella.

-Esos ojos, fuerte, hermosa y el cuerpo que lleva...

Evito esos pensamientos volteando a ver al bello de ojos azul oscuro y nuevamente la imagen de la mañana aparece congelándome en mi sitio al escuchar su susurro.

-No soy el único que se pinta de rojo.

Al levantar la vista a su rostro me mira de soslayo, igualmente logro apreciar cierto enrojecimiento, pero casi de inmediato aparta la mirada.

Veo nuestras manos, su tacto es electricidad, agradable estática, un enorme imán incapaz de separar, al menos es grato pensarlo de esa manera, juntos sin importar nada. Vuelvo a elevar la mirada para mirar el cielo azul, claro y majestuoso, sonrío.

Al bajar la vista me detengo en el castaño, actualmente tiene cinco de edad, tal parece que los cumple cada dos años. Su vestimenta antes era variada, ahora suele llevar el mismo estilo que Zia, colores oscuros, mientras los míos son más neutros, creo que incluso él se ve apuesto. Ya me he acostumbrado a su presencia, no solemos hablar mucho entre ambos, alguna que otra palabra o monosílabo, su cercanía ya no me molesta, pero aún no me atrevo a tener algún otro tipo de contacto. Nada evita que nos veamos a cada rato, pero sus ojos son hipnóticos. Zia, Drake y Adel poseen hermosos ojos.

A buena hora llegamos al parque, Drake no tarda en correr hacia los niños.

-Zia, Akemi, que alegría verlos nuevamente -dice una de las madres con una sonrisa en el rostro acercándose a nosotros. -Todos se preguntaban cuando volveríamos a verlos, me alegro que se encuentren bien.

Permanecemos en el parque hasta el anochecer junto a algunas madres que optan por acompañarnos para que sus hijos pasen más tiempo con Drake. Al llegar a la casa me dejo caer en el sillón, el castaño va por su vaso mientras el ojiazul prepara el trozo de carne para el menor.

Mientras espero pienso en el día, estuvo tranquilo, tener el cielo sobre nosotros, sentir el calor del sol fue grato, la compañía aún más. Cuando comenzó a oscurecer tuve mis dudas, Zia permaneció a mi lado en todo momento lo cual fue suficiente para tranquilizarme mientras el ojiblanco parecía sumamente feliz en compañía de los niños.

Mientras cena, recargada en el hombro del ojiazul lo escuchamos leer, Drake se acurruca del otro lado una vez termina de comer viendo como poco a poco lo va venciendo el sueño, sonrío cuando yace dormido, su respiración es pausada, se le ve tranquilo y el calor que emana se percibe desde mi sitio. Me alejo cuando el pelinegro cierra el libro, tomándolo en brazos se pone de pie para llevarlo a la cama.

Suspiro con las manos apoyadas en el sillón viendo mis pies, muerdo mi labio inferior recordando sus palabras «No soy el único que se pinta de rojo». Sonrío y me quito los tenis escuchando en poco la puerta cerrarse apresurándome para ponerme de pie, lo miro al acercarse pronunciando lo primero que viene a mi cabeza.

-Aquí te alcanzo.

Tonto, pero él sonríe ante mi referencia a su altura, mordiendo mi labio, nerviosa. Lo sigo con la mirada cuando toma el libro dejándolo en su sitio pues en la sala se ubica un pequeño librero.

-Zia -pronuncio su nombre con la vista fija en sus ojos mientras él a tan solo centímetros me observa.

Siento a mi corazón palpitar, me encuentro nerviosa. Intento reprimirlo tomándolo de la mano enfocándome en su penetrante mirada. Con la otra acaricio su parpado hasta descender a su mejilla, sus bellos orbes no se despegan de los míos.

Me acerco con lentitud hasta el borde del sillón cerrándose mis ojos al presentarse una corriente eléctrica, desciende mi mano en su mejilla y extingo los pocos milímetros que nos separan fluyendo corriente en nuestros labios sintiéndome plena, ligera cuando me besa, alegre y emocionada. Sonrío cuando nuestros labios se separan relamiendo por instinto mi labio, me encuentro con sus ojos al abrir los míos.

-Akemi...

Mi nombre en sus labios es como una alerta que me genera cierta desconfianza.

-Me gustas.

Lágrimas se acumulan en mis ojos ante la sorpresa de escucharlo decir aquellas palabras, intempestivamente lo abrazo ocultándome entre su cuello, embriagándome con su perfume mientras sus brazos me sostienen.

Compromiso roto #dyjawards24Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ