19. Bomba atómica

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ZIA

Mi pecho sube y baja fúrico ante lo acontecido, el deseo de volver y arremeter contra el rey únicamente lo retiene el par, Drake acurrucado a mi lado y Akemi aún sobre mi anatomía, no he logrado desprenderla desde que llegamos, pero creo que de haber sido así no estaría aquí. No puedo permitirme ahora mismo ser impulsivo, por más que las ansias de despedazarlo arremetan en mi interior por hacerlo, son ellos mi prioridad, no puedo abandonarlos, no puedo darme el lujo de morir.

Cierro los ojos en un intento de reprimir lo que se arremolina en mi interior, desde que llegamos las lágrimas de Akemi no son las únicas que humedecen mi piel, también las del castaño a mi lado por lo que lucho por modificar los pensamientos que cruzan por mi cabeza para centrarme solamente en ellos. El calor que desprende el pequeño a mi lado a quien acaricio como medio para tranquilizarme como también a él, nunca creí que salir de mis tierras fuera producir que me metiera en tantos líos, pero por ellos, por supuesto que lo daría todo.

Un suspiro en mi cuello me produce escalofríos una vez consigo calmarme y como si no hubiera sido consciente de ello me percato que Akemi sigue únicamente en ropa interior, cuando comienza a incomodarme hago el intento de alejarla... «Demonios, demonios, demonios.» Pienso obteniendo el resultado contrario al que esperaba cuando Akemi se apega más. Respiro con el intento de calmarme, absurdo tomando en cuenta que ante su cercanía es su dulce aroma lo que envuelve. Opto por centrarme en el castaño, en su diminuto cuerpo y la calidez que lo envuelve, ello disipa los nervios que me abruman.



Transcurren las horas y su cuerpo parece aligerarse, la muevo con sumo cuidado de no despertarla tomándome por sorpresa la voz de Drake, creí que dormía.

—¿Mamá va a estar bien?

Sus ojos rojos por el llanto me observan cuando bajo la mirada.

—Lo estará -prometo.

Aprovecho cuando se mueve para hacer lo mismo y acomodar a la pelinegra en la cama cubriéndola con las cobijas tomándolo en brazos una vez hecho para dirigirlo a la otra cama.

—Papá.

Lo miro ante su llamado, su pequeña mano se posa en mi mejilla.

—Te quiero.

Sonrío.

—También te quiero.

Permanezco en mi sitio cuando su cabeza se apoya en mi hombro, en silencio al poco percibo más de sus lágrimas.

—Soy débil...

Su pequeño pecho retumba refregando su ojo con su puño, al rato lo veo acariciar una de sus cicatrices.

—Kyle nunca me quiso, mucho menos cuando obtuve esto.

—No eres débil -es mi única respuesta mientras lo acaricio.

—¿Me quieres solo por mamá?

Frunzo el ceño sintiendo una punzada en el pecho tras un recuerdo por lo que, lo coloco sobre la cama antes de acunar su rostro colocándome a su altura.

—Te amo. No tiene nada que ver con Akemi, no eres débil, no temes enfrentarte a nadie con tal de protegerla, eso no es ser débil, no importa lo que digan o piensen los demás, me importas. Te amo -beso su frente visualizando lágrimas deslizarse por sus mejillas. —También tienes los ojos más bellos.

Sonríe refregando sus ojos.

NARRADOR

—Papá.

Habla entre sollozos mientras su pecho sube y baja constantemente en un intento por tranquilizarse-

—Kyle... -baja la mirada antes de proseguir siéndome observado por el pelinegro frente a él, su cuerpo tiembla ante lo que va decir —Kyle lastimaba a mamá.

El ceño del joven se frunce incapaz de comprender a lo que sus palabras se refieren.

—Kelly me cuido -levanta la vista solo por un instante para bajarla casi de inmediato, —creí que era mi mamá.

La tristeza en sus palabras, incitan al ojiazul sujetar sus pequeñas manos proporcionándole de leves caricias que aportan de calma al menor.

—Siempre me repitió que no hasta que un día me conto de mamá, me dijo que estaba enferma, que por eso ella me cuidaba.

Sus pies inquietos se mueven en lo que narra un poco más de él.

—Le pregunte por mamá, si podía verla, me dijo que no -niega con tristeza, —pero me señalo la habitación en la que estaba, muchas veces vi a Kyle entrar. El día en que iba a preguntarle de mamá, Kelly apareció impidiéndome preguntar, me hizo prometerle que no diría nada si me llevaba a verla. Me emociono la idea hasta que la vi, parecía perdida, no volví a preguntar por mamá.

Un suspiro desprende el cuerpo del joven quien desvía la mirada.

—Me dio curiosidad ver como diariamente Kyle la visitaba, un día sin Kelly cercas me acerque a la puerta para escuchar, me regaño cuando me vio, así que prometió llevarme a verla otra vez. Cada vez que visitaba a mamá nos asegurábamos de que no estuviera Kyle, le contaba lo que hacía, aunque parecía ignorarme, pero Kelly insistió que le hacía bien. -Suspira con pesadez y lágrimas humedeciendo sus ojos. —Hasta que un día entre solo, cuando toque a mamá me evito. Me dolió -solloza, —no pude salir, me quede hasta la noche viendo dormir a mamá, iba quedarme, pero corrí a esconderme cuando escuche a Kyle, me quede en el armario, vi cuando la despertó -se agita cada vez más su respiración con el recuerdo latente en su memoria, imágenes que invaden su mente manifestándose en pesadillas. —Lo vi lastimar a mamá...

Desconsolado, llora recordando aquel trágico día, ese en el que vio entrar al hombre que entonces consideraba su padre, verlo acariciar la mejilla de su madre, susurrarle con amor hasta verla despertarse, todo parecían ser solo acciones como cuando besana a Kelly, la mujer que lo crío desde el día en que nació. Hasta que la presencia del hombre sobre el cuerpo débil de su madre únicamente provoco sollozos en ella, angustia y dolor. Su pequeño cuerpo oculto en el interior del armario se agito casi como el de su madre ante cada roce del hombre que se hacía llamar padre, esa oscura noche el menor presencio el abuso hacia su madre.

—Kelly me vio cuando salí corriendo de ahí, le conté...

Restriega sus ojos mientras el joven con ambos brazos al lado de las piernas del menor permanece inexpresivo procesando cada palabra dicha por el menor, mientras una llama aviva en su interior.

—No quise estar más con Kyle, se enojaba porque no le hacía caso, me asustaba cada vez que lo veía entrar, hasta ese día -Acaricia las cicatrices en su rostro. —Le pedí ver a mamá, Kelly se sorprendió, parecía asustada, Kyle me llevo a ver a mamá, no sospecho.

Con el dolor en el pecho levanta la vista encontrando la de su padre, esos oscuros ojos que sabe aman a su madre.

—Comencé a visitar a mamá más seguido, me asustaba cuando él llegaba, a veces me pedía irme, pero no quería dejarla sola con él, así que me negaba, le decía que quería estar más tiempo con ella, aunque no hiciera nada, aunque no me mirara, aunque me evitara, aunque me odiara. Pero no podía estar siempre con ella, la escuchaba, escuchaba sus gritos, escuchaba a mamá llorar cuando le hacía daño.

Temeroso Drake espero alguna reacción por parte de su padre posando su pequeña mano sobre la que acaricia su mejilla cerrando sus ojos en el acto, percibiendo seguridad en su tacto.

—Ambos están bien ahora, ella estará bien, nadie más los lastimará -Aunque su voz suena neutra, es suficiente para el menor quien abre los ojos para verlo.

—¿Quieres a mamá?

Un intento de sonrisa en su respuesta antes de instarlo a dormir hasta arroparlo con las cobijas.

—¿Papá...?

—Solo duerme -responde depositando un beso sobre su frente.

Compromiso roto #dyjawards24Where stories live. Discover now