Capítulo 19."No pienso contaros."

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Muchas gracias a las que seguís leyéndome, lo que hacéis no tiene precio, no voy a parar esta historia aunque tarde tanto tiempo en subir por exámenes. Voy escribiendo a cachitos en mi tiempo libre y así tendré que seguir hasta finales de junio que termino exámenes , tengo entre medias una semanita y media en la que no tengo que estudiar todo el rato así que intentaré escribir mucho en ese tiempo y una vez termine exámenes empezaré a darle a esto fuerte. Tengo que compensaros sin falta. Muchas gracias a todas. Os quiero.

Elena.

El vuelo había sido un asco, la señora que tenía al lado era una pervertida que no hacía más que observarme cada vez que me movía en busca de una mejor visión de mis piernas, esto ocasionó:

1.Que pareciese un elefante hiperactivo dentro de una cabina de teléfono.

y 2. Que dos cafés- si, seguidos- se me cayesen encima.

La nariz de la lujuriosa mujer parecía una chimenea humeante al ver mis piernas empapadas por el líquido. La imagen era tan espeluznante que yo ya no sabía si mis ojos lagrimeaban por el calor hirviente del liquido que me arrollaba o por la mirada perversa y lasciva de la mujer que me acechaba.

Por si eso os parece poco también me quede encerrada en el baño durante más de quince minutos; ya empezaba a quedarme sin aire cuando fueron a mi rescate, y no, no fue ningún azafato sexy en mi busca, fue la pervertida que casi me viola.

¿Lo único bueno? Las azafatas se dieron cuenta de que corría peligro y decidieron que lo mejor era separarnos y que no compartiésemos asientos.

Sí señoras, hicieron hueco en Business. Para la violadora pervertida.

¿Gracioso, eh? No, cero gracia. Voy a matarlos a todos.

El caso es que sobreviví, pude escaquearme de la acosadora a la hora de salir del avión y tuve suerte y mi maleta no se perdió.

¿Afortunada, verdad?

No. Podéis reíros porque Karl era quien me esperaba en la recepción del aeropuerto con un cartel que ponía "GRECIA COLE" como si no reconociese su jeto de imbécil todavía.

-Hola...

-Karl.- Dije fríamente. No pude sonar más animada, no después de Jace, el vuelo y tener que verle la cara a mi ex.

-Mmm... seré yo quien te acompañe al hotel, espero que no te importe.- Dijo con lo que creo que debía de ser una sonrisa cordial y de disculpa.

-Me lo imaginaba al verte aquí.- Dije rodeándole para acercarme a un taxi. Nunca había sido tan fría y ajena con alguien, solía ser más bien temperamental, con un pronto bastante malo que hacía que no quisieses volver a molestarme en la vida, pero no tenía ganas. Sinceramente ya no había ganas en mi para discutir o molestarme con Karl, solo quería llegar al hotel, poder ducharme, eliminar los restos de café de mi piel y poder centrarme en mi trabajo.

Por desgracia para mí y gracias al horrible trafico tardamos una hora y diecisiete minutos en llegar al hotel cuando normalmente se debía de tardar media hora.

Conmigo todo sale genial, está comprobado.

-¿Cómo te va con tu nuevo novio?- Gruñó más que otra cosa.

No me pregunté cómo diablos sabía sobre Jace, me lo imaginaba. Tampoco me pregunté por qué Jace me venía automáticamente a la cabeza cuando escuchaba la palabra "novio".

-Muy bien. ¿A ti con los tuyos?

Era un puñal. Un puñalaco que iba a matar. Casi se me escapa la risa al ver su cara de sorpresa y pánico.

Jefe, quiero un hijo suyo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora