TE RETO

XII

NOLWENN

¿Qué? ¿Perdí?

—Cien días, cien citas Nolwenn, me gustas, y que conste, estaré cien días conquistandote.

¿Le gusto a Azazel?

Lo mire, estaba sosteniendo el gran peluche de cebra para pasarlo a Emil y luego darme a mí uno de un enorme panda rojo mientras mantenía una sonrisa.

—Hoy no cuenta, hoy estamos entre amigos...

Azazel le dijo algo a Emil para luego perderse en la multitud, yo estaba hipnotizada por el momento, solo miraba fijamente el peluche, intentando digerir la situación.

¿Cómo era posible que le gustará si lo llevábamos unas cuantas semanas siendo amigos?

Esto debe ser una broma de mal gusto, si una broma.

—Sinceramente yo tampoco me esperaba eso de Zazel, creí por mucho tiempo que era gay.

—¿Qué cosa? –se de que habla, lo sé, realmente lo sé, pero me quiero negar a realmente entenderlo, a procesarlo, a darme cuenta que lo que dijo Azazel es real.

—De que se te confesará, de que le gustas.

—¿No soy alguien a quien le pueda gustar?

—No me refiero a eso Nono. –tomo mi hombro como forma de consuelo mientras intentaba sostener a su cebra con un solo brazo– me refiero a que nunca me imagine que a Zazel le gustará alguien o una chica, como dije, creí que era gay, pero porque nunca había dado indicios de que le gustará alguien. Y por tú parte, no me impresionará saber que le gustas a alguien realmente, eres hermosa.

—No soy del estándar de acá.

—¿Y?, eres hermosa.

Sonreí ante eso, no lo voy a mentir. La abracé con mi único brazo libre ya que el otro sostenía al gran panda rojo.

—¿Qué harás con lo de Zazel? –dijo Emil cuando se separó de mi.

—No lo sé.

—¿No sientes nada por él?

—No tengo la cabeza para pensar en esas cosas Emil, tengo demasiados problemas en mi casa como para pensar realmente si quiero estar con alguien de forma romántica o si me gusta Azazel, además de que –hice una pausa mientras alzaba al peluche que se me estaba cayendo– solo nos conocemos hace unas semanas, no creo que él esté muy claro con esto, como dije, solo van unas semanas.

Miré a Emil que asentía mientras guardaba silencio, no entendía su silencio hasta que dirigí mi mirada hacia donde ella la tenía puesta.

Asteria y Rune estaban en el puesto de enfrente, mirandonos fijamente. Asteria le dijo algo a Rune para luego comenzar a avanzar hacia nosotros.

Esas dos acciones fueron un click en mi cabeza, uno rápido, tome la mano de Emil y me emtí dentro de la multitud, sentía como brazos y codos se enterraban en mi, como mi corazón latía con fuerza sin dejarme escuchar, mi pecho subía y bajaba de una forma irregular, sentía las manos sin peso, la vista en un hyperlapse y por sobretodo como todo mi cuerpo vibraba de la impotencia al ver a esas personas.

—Nono, ¿A dónde vas?

No contesté, no sabía qué contestar, mi cabeza no estaba procesando nada, ni siquiera sabía cómo hacerlo.

—Zazel, ¡Ayúdame!

Sentí dos manos sostenerme de los brazos con algo de fuerza.

Intentaba controlar mi respiración mientras esas dos manos me llevaban a un lugar más apartado de personas, cuando ya sentí una pared tras mi espalda me dejé caer, y cubrí mi rostro con mis rodillas que había apegado a mi pecho, sentí una mano delicada tocarme la cabeza, cuando la levante Emil estaba sosteniendo una botella de agua mientras Azazel estaba a su lado, intentando conectar unos auriculares a su teléfono.

—Es Black Pink, mencionaste que te gusta y te hace feliz, necesitas tranquilizarte, así que le pedí a Zazel que te coloque su música —dejó la botella de agua entre mis manos mientras se colocaba a mi lado y me tomaba el cabello con cuidado– te trajimos aquí para que puedas calmarte mejor.

—Rune me molestaba –dije sin meditar mis palabras– su grupo de amigos me acosaba, desde que llegué a la escuela, me molestan, me acosan, por todo y por nada. Y Asteria lo sabía, ella lo sabía y aún así comenzó a salir con Rune. Me sentí sola, traicionada... –volví a colocar mi cabeza entre mis rodillas, no quería que me vieran llorar– me siento una idiota, me aferre a una amiga que quizás nisiquiera eso.