X

55 9 6
                                    

—Papá...papá, por favor, despierta, despierta, la ambulancia viene en camino...

Mi mamá estaba al teléfono, llamando con desesperación a la ambulancia. Mi hermano tenía entre sus brazos a mi padre que estaba completamente pálido. Azazel me había envuelto en sus brazos, me movía ligeramente cada tantos segundos, no podía reaccionar, tenía el cuerpo fuera de si, quería correr donde mi padre, quería tomarlo entre mis brazos y ayudar a mi hermano a cargarlo a su silla, pero no puedo, tengo el cuerpo paralizado, no podía moverme, mi cuerpo no me respondía, los gritos de mi hermano gritandole a mi papá eran cada vez más lejanos, mi vista era más borrosa y mi fuerza cada vez más nula.

—Ayuda a mi hermano Azazel...

Susurré, sentí como su brazos se alejaban de mí y como unos pasos fuertes se alejaban de mí para que llegarán unos nuevos más delicados.

Sentí como apoyaron mi cabeza en un pecho, escuchaba el latido de un corazón tranquilo y lleno de calma. Era mi mamá, estaba serena y tranquila, como si ella supiera realmente qué era lo que necesitábamos. Sus manos viajaban por mi cabello, mientras poco a poco la vista volvía a mi.

Azazel estaba cargando a mi padre entre sus brazos mientras mi hermano abría la puerta y tomaba los documentos del hospital. Mi audición volvía a mi dejándome escuchar como un auto se abría para luego marcharse. La puerta de mi casa quedó abierta.

Mire a mi madre, sus lágrimas corrían por sus mejillas lentamente mientras no apartaba la vista de la puerta.

Me separé de sus brazos y cerré la puerta. Tome mi bolso y mi chaqueta, también los de mi madre.

Se los pase con mucho cuidado. Tome nuestros teléfonos, nuestras llaves y sin mirarnos, sin decir ni una sola palabra salimos de la casa.

Mi madre estaba pidiendo un taxi mientras yo hablaba con una vecina para que mirara nuestra casa de vez en cuando ya que no habría nadie.

El taxi no tardó en llegar.

Mi madre no hablaba, no decía nada luego de dar la dirección del hospital al que llevaban a mi papá.

Yo tampoco hablaba.

¿Que se podía decir en este tipo de situaciones?

Mi padre estaba sentado frente a nosotros, mientras todos nos reíamos con sus bromas, y de un momento a otro comenzó a toser, mi madre se apresuró a traerle su medicina, pero el pañuelo que estaba ocupando se había manchado con gotas de sangre. Mi familia se alertó de inmediato, mi hermano corrió a buscar los papeles del hospital mientras mi madre lo intentaba llevar a su silla de ruedas para poder ir de urgencia. Mientras me mandaban a mi al festival a distraerme, para que me distrajera junto con Azazel, dejándome en letras pequeñas que todo estaría bien. Pero no iba por ese camino.

Mi padre a pesar de estar afirmado a mi madre colapso, mi madre sin casi nada de fuerza lo intentaba mantener de pie, pero no podía, mi hermano había llegado a tiempo para cargarlo como podía y dejarlo en el suelo con delicadeza para que mi madre llamara a la ambulancia.

Y ya luego estar en este punto, nosotras dos en un taxi camino al hospital. Mi hermano en un auto junto con mi padre y Azazel. ¿Azazel tenía auto?

No lo sé, pero en verdad lo único que me importa es mi padre, que él esté bien. Que esto solo haya sido un susto de todos los que hemos tenido.

—Nolwenn...

—Mamá...

La mire de golpe mientras ella solo miraba a la nada, su vista estaba perdida en el camino, solo miraba por fuera de la ventana, como si no estuviera realmente aquí.

—Quiero que cuando lleguemos al hospital vayas al festival...

—Mamá...

—Él estará bien Nolwenn, tú padre quería mucho que tú fueras, estaba muy entusiasmado en la mañana, había guardado dinero durante mucho tiempo para que fueras y que le llevaras un peluche, sabes que los ama. Te pido que vayas, él saldrá de aquí, siempre lo hace, es un hombre muy fuerte, debe ser algún medicamento que ha sido muy fuerte y le ha hecho mal, solo confía y disfruta como él quiere que lo hagas.

No me dejo agregar nada más, ni una sola cosa porque habíamos salido del taxi, habíamos llegado al hospital. Azazel estaba en la entrada esperándonos, mi madre se acercó a él antes que yo, hablaron un poco para que él se me acercara luego.

—Vamos al festival, los chicos ya están allí, iremos en mi auto.

Asentí, no puse ni un solo pero. Mire a mi madre que se despedía de mi besando al aire para luego ingresar al hospital.

—¿Quieres ir al festival o quieres ir a otra parte, Nolwenn?

—Vamos al festival. 

No hablamos nada, entramos a su auto, él comenzó a conducir, y yo solo tomé mi teléfono para esperar algún mensaje de mi hermano o mi madre. Sentía su mirada sobre mi de vez en cuando, sentía su preocupación.

—Puedes dejar de mirarme como si fuese a explotar, estoy bien...

—Perdón, no era mi intención, es que me preocupas...

—Si es por los ataques de pánico...

—No es eso –me interrumpió– me preocupo por ti más allá de tus ataques de pánico, te quiero, y no quiero que estés mal...

—Eres muy noble Azazel...

—Soy como un gato.

—Idiota –me reí junto a él.

Seguía preocupada, pero no podía hacer mucho más. Solo quería hacer lo que mi padre quería, que era disfrutar. 

TE RETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora