Capítulo 33: La Nota

3.7K 186 4
                                    

¿QUÉ HA OCURRIDO HASTA AHORA?

Lucas, mi novio y a la vez profesor de lengua, había venido a mi casa a cenar.

―Y cuéntame Lucas, ¿Cómo va con tu trabajo de profesor aquí en Barcelona? ―Preguntó mi madre. Lucas y yo casi nos atragantamos con la comida. Yo enseguida tome un trago de agua―. Nadia me dijo que habías encontrado un trabajo de profesor en un instituto. ¿No es así?

―Sí, sí... ―Dijo solamente Lucas.

―¿Y en qué Instituto estás?

―¿Quieres más tallarines Lu? ―Dije rápidamente sirviéndole más comida a Lucas para evitar la pregunta que acababa de formular mi querida madre.


CAPÍTULO 33: LA NOTA

―¿Al final no me ha dicho en que Instituto trabaja, no? ―Preguntó mi madre mientras recogíamos la mesa, una vez Lucas, aun con la insistencia de mi madre de que se quedara a dormir, se fue hacia su casa.

―No ―Le contestó mi padre―, parece como si quisiera esconderlo... ¿Te lo ha dicho a ti, hija?

―Eh... No ―Dije, y me dirigí a la cocina para poner los platos en el lavavajillas.

No sabía qué hacer, tenía muchas dudas. ¿Se lo contaba a mi madre? ¿No se lo contaba? ¿Realmente seguía enamorada de Lucas? Ésta última pregunta era la que más me daba vueltas. No sabía la respuesta. No sabía qué hacer.

Todavía me daba vueltas por la cabeza aquella mañana en la playa con Jack. Aquel beso, un beso como nunca antes me había dado... O yo le había dado a alguien... Fuese lo que fuese, no me dejo indiferente. Y como me entendió con solo una mirada cuando él me devolvió el teléfono móvil... Pero también estaba Lucas, mi amor de hace años. Lo había querido tanto... Él había sido mi todo, mi motivación para vivir. Pero ahora ya no estaba tan segura. Estaba echa un lio.

No podía esperar a que los días pasaran y se arreglara todo. Tenía que hacer algo, decidirme de una vez, ver las cosas claras. Pero el problema era que no sabía cómo. No sabía qué hacer, lo único que sabía era que tenía que hacer algo, y no podía esperar.

Y eso es exactamente lo que no hice. Los días pasaron, y todo siguió igual. O aparentemente igual.

La relación con Lucas estaba cada día peor, o eso me parecía a mí. Hacía clase con él y por la noche me llamaba. Me preguntaba que tal el día, si había entendido toda la teoría y colgábamos. La conversación terminaba enseguida. Algún fin de semana quedábamos para ir a dar alguna vuelta, pero casi no hablábamos. Era como si ya no confiáramos el uno en el otro.

Por otro lado, solo veía a Jack en el colegio, era un profesor más. Ya no llamaba a mi casa, ni me seguía. Se limitaba a mirarme a los ojos mientras daba clase, pero eso lo hacen muchos profesores.

―¿Estás bien? ―Me preguntó Eulàlia en el bus, de camino al Instituto―. Te veo rara estos días.

―¿Por qué dices eso?

―No sé, por como os miráis Lucas y tú. ¿Ha pasado algo entre vosotros?

―No sé... Lo que pasa es que creo que ya no siento lo mismo por él.

―Pues déjalo. Deja a Lucas ―Me dijo Eulàlia, como si fuera lo más fácil del mundo.

―No puedo. He estado con él más de 3 años, no puedo dejarlo así como así. Yo le quiero...

―¡Pero si me acabas de decir que no!

―No ―Le corregí―, he dicho que ya no siento lo mismo. Eso no quiere decir que no le quiera. Lo que pasa es que noto que algo ha cambiado. Noto que Lucas ya no es el mismo que antes. Ha madurado, y ya no es tan cariñoso conmigo como antes, no sé... Es difícil de explicar.

Sí, profesor [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora