Capitulo 2: Una cita con morado incluido.

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- Hola Julia, bueno no se muy bien que decir, venia a pedirte disculpas, creo que tenemos que hablar.

¿Cómo que disculpas?, que tenemos que hablar dice, ja.
- Carlos, es mejor que te vayas, yo no tengo nada de que hablar contigo.

Empujo la puerta para cerrársela en la cara pero el la sujeta y no deja que me salga con la mía.
-¡Nena!, no seas así, deja que entre y hablamos...

Mi cara comienza a mutar, ya no soy Julia soy un gremlin en estado puro.
- Lo primero cabronazo de mierda, no soy tu nena, que te quede claro como el agua, y segundo, no quiero hablar contigo, tengo planes y quiero terminar de arreglarme. Así que te agradecería que te fueras por donde has llegado y metieras las rosas en agua para que no se te mueran, imbécil.

¡Dios mio!, no puede ser, he pasado de estar poseída por una niñata adolescente a convertirme en Rocky Balboa...

Toda chula empujo la puerta sobre sus manos, me doy la vuelta y me dirijo hacia el salón de mi apartamento, tan digna voy que no me doy cuenta de el escalón que hay justo al final de mi adorado pasillo, y si a eso le unimos mis tacones de unos ocho centímetros, obtenemos la torta del siglo que me doy contra el suelo.

Carlos empuja la puerta, al verme tirada en el suelo y corre hacia a mi.
-¡Julia!, ¿estás bien?, ¿te has hecho daño?

Mi cabeza da vueltas, me he dado un buen golpe en la frente contra el suelo, la caída me pilló tan desprevenida que no me dio tiempo ni a protegerme con mis manos.

Veo borroso y me asusto.
-No lo sé me duele la cabeza y todo me da vueltas.

Carlos me coge en brazos y me tumba en el sofa, poco a poco mi visión empieza a normalizarse y el mareo va desapareciendo. En cambio el dolor en la frente cada vez se vuelve más fuerte.

Mi ex permanece sentado durante unos minutos a mi lado en silencio, hasta qe con cara de preocupación me comienza a hablar.
- Si que te has dado un buen golpe nena... uy perdón Julia.

Los dos nos echamos a reír, la cara que ha puesto cuando se ha dado cuenta de que me había llamado nena, era todo un poema.

En ese momento siento como la puerta se abre. Con el susto de mi caída Carlos se olvido de cerrarla y tiro al suelo todas las rosas.

Incorporo un poco mi dolorida cabeza y veo a Aitor, con unos pantalones vaqueros una camiseta negra y una americana color camel, de pie frente a la puerta. Estaba ¡guapisimo!. Pero su cara, su cara era indescifrable.

De un manotazo alejo a Carlos de mi e intento levantarme, pero un fuerte pinchazo hace que toda mi cabeza tiemble y me vuelvo a tumbar en el sofá.
-¿Qué ha pasado? ¿estás bien Julia?
Aitor pregunta preocupado pero sigue como clavado por el Ayuntamiento en la puerta de mi casa.

Así que como no.. mi ex responde por mi.
-Ha tropezado con el escalón y se ha dado un golpe en la frente contra el suelo, pero parece que ya esta mejor... por cierto soy Carlos su... su...
-Mi nada, era mi novio hasta que me puso los cuernos con mi mejor amiga, así que solo es un mierda que pasaba por aquí.

Mi cabeza vuelve a darme un toque y me quejo, es entonces cuando Aitor parece despertar de su letargo y se acerca a mi.
-Mira nena, te voy a perdonar tus palabras porque te acabas de dar un buen golpe y no sabes lo que dices, pero no creo q me merezca esa presentación. Y bueno Julia ya te ha dicho quien soy yo, y tu.. ¿tu quién eres?

No me puedo creer lo que escucho, ¿perdonarme?, ¿él a mi?, pero la cabeza me duele un montón y permanezco callada, y entonces oigo la voz de Aitor hablando con Carlos.
-No creo que sea el momento de presentaciones ni discusiones, Julia se ha dado un buen golpe, soy médico y voy a examinarla y si es preciso llevarla al hospital a que le hagan un par de pruebas. Cuando todo este bien ya habrá tiempo para presentarnos y charlar, tengo la sensación de que nos vamos a ver más veces, así que si te quitas y me dejas trabajar te lo agradecería.

Todo pero NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora