Capítulo 6:

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Enero de 2019

El año comenzó con un frío arrasador. Las calles heladas me dificultaron mucho los viajes en bicicleta, por lo que tuve que recurrir al ómnibus nuevamente. Mi abuela, luego de su estancia en la villa, decidió salir de gira por el mundo, innegablemente deseaba vivir sus últimos años al máximo. Con el dinero de la venta de su casa costeó el viaje. No pensó en que se estaba quedando sin dónde vivir, porque sabía que podía regresar conmigo cuando deseara.

La vida en solitario volvió a ser mi realidad, con el único detalle de que tenía una vecina peculiar. Tras la primera visita en diciembre llegaron muchas más. Ynnu se tornó muy atenta conmigo, si no era que me llevaba postres, me ayudaba con las compras, e incluso me hacía el favor de llevar mi ropa a la lavandería. Yo, en cambio, intenté ser más amigable; en un abrir y cerrar de ojos podría decir que entramos en confianza.

La veía en las mañanas cuando ella salía a trabajar y yo para la universidad; en las tardes e incluso en las noches; al regresar del trabajo; pasábamos largas horas conversando de cualquier tema, incluso los más rebuscados e insólitos.

Nuestra amistad fue haciéndose más cercana cada día, tocábamos temas muy privados en nuestras conversaciones, al punto de que llegamos a compartir esos eventos tan tristes de nuestros pasados.

—Mis padres murieron en un accidente cuando tenía 16 años —le conté mirando al cielo desde mi apartamento.

—Los míos fueron asesinados —me impresionó que su rostro no temblara como lo hacía su voz. Yo me hacía añicos al recordar esas fechas, pero Ynnu siempre se mostró tan segura y fuerte que nadie imaginaría que tenía un pasado tan oscuro.

—¿Atraparon al asesino?

—Aún no.

—Lo siento.

—No te preocupes. Estoy completamente segura de que lo atraparán y pagará por todo. Como tú, tuve a una persona a mi lado en este tiempo que me ayudó a salir adelante.

—¿Tus abuelos?

—No, mi hermano mayor, fue papá y mamá. También era joven cuando ocurrió, tenía 16, pero maduró a una velocidad increíble. Él es mi héroe —una leve sonrisa iluminó su rostro.

—Me hubiese gustado tener un hermano —admití pensando que mi adolescencia habría sido diferente si no me hubiese sentido tan solo—. ¿Por qué no vive contigo?

—Oh, él... Él trabaja en el extranjero y viaja mucho.

—Me gustaría conocerlo.

—Tal vez algún día los presente.

(...)

Con respecto al tema de Sunny y Scott, este no había desaparecido, pero con la llegada de Ynnu mi paranoia se redujo un 95%, apenas pensaba en la chica virtual, al contario, fugazmente la recordaba en alguna conversación.

—¿Tienes un destornillador? —Preguntó Ynnu una mañana en mi puerta, llevaba el cabello desordenado, a pesar de que su rostro continuaba impecable.

—Sí, ya lo busco. ¿Puedo saber para qué?

Negó con la cabeza—. Mejor no, te espantaría.

—¿Necesitas ayuda? —Volvió a negar—. ¿Pala o estrella?

—¿No tienes uno hexagonal?

—Deja ver, normalmente los tengo para arreglar la bici. Hexagonal... Hexagonal... —decía mientras rebuscaba en la caja de herramientas—. Ja, hexagonal, aquí está.

Mundos en línea [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora