-Punto final-

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Enzo no pudo evitar sonreír ante las palabras de Milay. Si ella seguía amándolo, entonces todo iba a salir bien. Demasiado pronto quiso sacar conclusiones.

—Pero eso no significa que pueda estar contigo de nuevo —concluyó ella, dejándolo mudo y destruyendo su corazón—. No podemos estar juntos, Enzo.

Él no podía creer lo que le estaba diciendo. Lo había elevado al cielo para luego dejarlo caer y hacerlo fragmentos con esas palabras finales. ¿Cómo se atrevía a decirle que lo amaba y luego decirle que no podían estar juntos? Eso no tenía sentido, por lo menos no para él.

—Pero, Mil... —murmuró en un hilo de voz lleno de dolor.

—No puedo perdonarte, Enzo. Sé que... Sé que es egoísta de mi parte, pero no puedo estar contigo y hacer como si nada hubiera pasado. No puedo fingir que no me duele el que vayas a tener un hijo con alguien que no soy yo. No puedo olvidar lo mucho que he sufrido por la decisión que tomaste al irte con ella, lo herida que me dejaste al elegirla por sobre mí. Lo traicionada que me he sentido todo este tiempo... Teníamos planes, nos hicimos promesas, pero nada de eso importa ahora. Esto no puede continuar —susurró empujando su pecho para salir de su encierro. No soportaba decir todo eso y tenerlo aún sobre ella.

Milay se puso de pie y comenzó a recoger su ropa desperdigada por el suelo de la habitación. No podía verlo a los ojos en ese momento; se sentía sucia y una mala persona. Se sentía herida, el recuerdo de los ojos de Enzo mirándola incrédulo seguía plasmado en su cerebro, sin embargo sabía que estaba haciendo lo correcto.

»Tanto como te amo, también te odio. Me odio. Odio no haber tenido la suficiente fortaleza para decirte que no, para seguir adelante, para olvidarte. Detesto no poder deshacerme de todos esos recuerdos que me queman y de esas palabras que me desgarran. Pero, más que nada, odio lo mucho que quiero darnos otra oportunidad, una que no va a funcionar porque tenemos demasiado equipaje sobre nosotros —terminó ahora derramando algunas lágrimas.

Debía de ser una mujer fuerte y él solo la hacía sentir débil, frágil, como si en cualquier momento se pudiera romper. Era esa la principal razón por la que no podía volver con él. Si le daba otra oportunidad, jamás sería capaz de recuperarse y ser completamente independiente. Además de que el rencor siempre estaría ahí acechándola, la amargura iba a terminar de podrir lo que fuera que quisieran recuperar al darse otra oportunidad. Si seguían con eso, ambos se iban a hundir en un mar de odio y resentimiento, y eso era algo que ella quería evitar.

Prefería que él siguiera con Rosela, que tuvieran a su hijo y que jugaran a ser la familia feliz. Ella seguiría adelante. Podría dedicarse a hacer lo que siempre quiso: estudiar fotografía, viajar por el mundo... Ser feliz, pero ella sola. Sin un hombre que la cuidara, que la hiciera sentir... completa. No necesitaba nada de eso para encontrar el camino a la verdadera felicidad. Y así, tal vez algún día podría llegar a superarlo, porque sabía que jamás sería capaz de olvidarlo por completo.

Un amor como el de ellos nunca se olvidaba, solo se aprendía a vivir sin él. Los recuerdos seguirían, pero ya no dolerían como en un principio. Y llegaría el día en que no dolerían en absoluto, solo evocarían los momentos juntos y sonreirían recordando la felicidad gozaron en ese tiempo.

Cuando Milay terminó de vestirse, notó que Enzo no se había movido ni un ápice de su lugar. Suspiró y se armó de valor para ver a sus ojos heridos, unos que hace algunos minutos le habían prometido el mundo entero.

—Creo que será mejor que te vayas a casa, Enzo. Ve a tu hogar, con tu mujer —musitó.

Escuchar esas palabras fue duro para él, pero más lo fue el ver la convicción de Milay; el saber que, cuando se cerraba de esa manera, no había nada que la hiciera cambiar de opinión. La conocía y sabía que ahora ella no iba a ceder por más que él luchara. Pero tenía que intentarlo, aunque fuera una vez más. Solo una última vez. No podía rendirse sin luchar y hacerle saber qué tan grande era lo que sentía por ella.

Momentos contigo ✔ [2015]Where stories live. Discover now