Tartamudo

22 1 0
                                    

A la hora de decir adiós siempre se le trababan las palabras.

Tartamudeaba las sílabas como el anciano que mastica los recuerdos con parsimonia, negándose a tragarlos.

Habitualmente su interlocutor perdía la paciencia, lanzaba dos besos al aire, que siempre se estrellaban contra el suelo antes de llegar a las mejillas, y abordaba el tren.

No envidiaba a aquellos que devoraban la vida como una hamburguesa en una cadena de comida rápida. Cuando se agotara el gas de sus existencias carbonatadas todas serían el mismo líquido tibio con colores de neón.

Pero añoraba el día en que alguien escuchara con paciencia la última sílaba de una despedida. A quien posara un beso en sus mejillas con la sonora promesa de un "hasta pronto". Con quien se volviera a mirarlo una última vez antes de cerrar las puertas. Y quien se arrepintiera y bajara de ese tren a punto de abandonar la estación.

Y sobretodo de quien no quisiera marcharse nunca.

Cuentos para adultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora