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Editado.
Al ver que Ward iba a ver a John B por el teléfono del guardia, rápidamente, activé los aspersores para dañar el teléfono. En cuanto lo hice, corrí a esconderme a una especie de caseta en la que guardábamos el equipo de jardinería.
Un guardia se acercó y apagó los aspersores antes de volver con John B y los otros dos guardias. Vi un bote de insecticida y salí de la caseta hacia los guardias.
—¿Qué está pasando aquí? —pregunté acercándome a ellos.
—¿Quién eres? —me preguntó un guardia, mientras me apuntaba con la pistola, así que, levanté las manos.
—Soy Val. Cuido de la casa de los Cameron —dije.
—¿Vives aquí? —preguntó el guardia bajando el arma.
—No, cuido de la casa. Empecé la semana pasada —les aseguré acercándome a ellos.
—Hemos pillado a este chico intentando colarse.
—¿Qué? —pregunté antes de ponerme frente a John B.
—Ah, lo conozco. Limpia barcos para los vecinos —les dije.
—¿Qué vecinos?
—Los Stanley, viven al final de la calle —mentí.
—¿Cómo se llama? —me preguntó un guardia y, tras unos segundos, respondí.
—Vlad —dije antes de rociar al guardia con el insecticida en la cara.
Hice lo mismo con los otros dos guardias y John B y yo salimos corriendo hacia la furgoneta en la que habíamos venido. Me quedé en la parte trasera mientras John B aceleraba.
Uno de los guardias me agarró de pie y empezó a tirar de mi, así que, le di patadas hasta que cayó al suelo.
—Peyton, ¿estás bien? —me preguntó John B desde delante.
Suspiré un par de veces intentando calmar mi respiración antes de soltar un leve “sí”.
Tras un rato, John B paró frente a un bar y nos bajamos de la camioneta.
—Nunca te he querido más en toda mi vida, Peyton Cameron. ¡Qué pasada! Le has dado pero bien —me dijo mientras me acercaba a él, bastante cabreada, y le di un empujón.
—¡Me mentiste!
—¿De qué hablas? Estamos bien.
—¡De eso nada! —le grité—. ¡Ese era el único lingote que teníamos y casi haces que nos pillen y nos maten! ¿Cómo está eso bien?
