Capítulo 21

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La preocupación por su madre hace que se desvele sin poder conciliar el sueño.
Ingrid, también preocupada se levanta averiguando la preocupación de Zara.
Las dos hermanas toman asiento con una taza de café enfrente una de la otra.
En silencio, intentan encontrar una solución para su madre, se miran pero ninguna puede hablar.
A su manera, ellas han tratado de comprender a su madre referente a su actitud y la manera tan déspota de tratarlas, donde el cariño nunca lo mostró protegiendo sus intereses.
¿Qué deben de hacer? Al  fin y al cabo es su madre y ahora cuando peor está no son capaces de dejarla a su suerte.
Ante todo, ella decidió continuar con su embarazo después de lo que hicieron, aunque justificación no tiene por tratar de curar sus heridas llenando su corazón de odio hacia Zara, ella ahora agarra la mano de su hermana quedando en hacer lo posible para apoyar a su madre en su recuperación.

Alrededor del medio día, Álvaro llama a Zara proponiendo de ir a comer.
Zara mira a su hermana sin saber qué hacer, al final, después de insistir tanto Álvaro acaba aceptando.
Por supuesto, no irá sola, Ingrid se apunta y se marcha con ella hacia el restaurante que le ha indicado Álvaro en quedar en verse.

— No sé, pero no me siento cómoda en venir a estos lugares tan elegantes y tan costosos a comer. — Habla Zara mirando para todos lados.

— No te preocupes por eso, si Álvaro tiene dinero que pague la comida. — Se burla Ingrid para quitarle importancia al asunto.

Zara mira para todos lados esperando ver Álvaro, cuando lo ve aparecer se percata de que es un hombre muy importante.
Saluda a varias personas hablando unos minutos con ellos hasta llegar a la mesa.
A ver a Ingrid se molesta, él quería estar a solas con Zara, aún así, debido a que se encuentra unos parientes de su madre comiendo a pocos metros cambia su actitud, a fin de cuentas mejor que no lo vean solo con Zara, porque no sabría exactamente que explicar sobre su relación con Zara, su familia quiere que se case con una mujer educada y rica. Educadamente toma asiento pidiendo la comida.
Mientras Zara se decide a pedir la comida con la ayuda de Ingrid, una silueta de una mujer muy hermosa saluda a Álvaro pidiéndole de sentarse con ellos.
Álvaro, como buen caballero manda pedir al camarero servir otro cubierto donde Gresa toma asiento con elegancia fijándose en Zara.

— ¿Y ella es...?

— Soy Zara, la...amiga de Ingrid. — Habían acordado de no decir nada de momento sobre su parentesco hasta poder hablar con Yassir y Raphael.

— Ah, vaya Ingrid qué amistades te buscas. — Gresa ataca a Ingrid sin disimular su enemistad con ella.
Aún se acuerda cuantas veces fingía ante su hermano para separarlos.

— Eso a tí no te importa Gresa, de hecho no sé porque te has sentado aquí sin tan mal te caigo. — Ingrid sabe cómo es Gresa, y por nada del mundo va dejarla salirse con la suya.

— Por favor, intentar de llevaros bien y dejamos atrás los problemas del pasado.
Ahora es el momento de hablar como gente adulta y civilizada.
— Interviene Álvaro viendo la enemistad que hay entre las dos.

Durante la comida Gresa no ha dejado de hablar de cuando se juntaban los tres cuando eran adolescentes, aún así lo que más le quema a Zara es tener que escuchar lo mucho que la amaba Yassir y como se refiere a él dando a entender que aún sigue enamorado de ella.
Zara mantiene la calma hasta que al fin llega el camarero con la cuenta, con la excusa de tener que hacer cosas se despide de Álvaro el cual la mira con preocupación yéndose con Ingrid y él debe de quedarse con Gresa.

— ¡Qué asco de mujer de verdad! — Protesta Zara caminando dirección al bus.

— Te lo dije hermana, esa mujer es de armas tomar, y espérate cuando regrese mi hermano si no consigue su propósito de casarse con él.

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