Morgan, un tritón nacido en las profundidades del océano, había escuchado hablar de los humanos y sus misterios desde que era solo un alevín. Pero fue en sus sueños donde conoció a Leviathan, un humano de una belleza deslumbrante que desafiaba toda lógica submarina. No podía apartar su mente de ese rostro, de esos ojos que parecían reflejar el brillo del sol sobre las olas. No importaba cuánto tiempo pasara explorando los arrecifes o jugando con sus amigos tritones, siempre volvía a Levi en sus sueños. Cada noche, Silver se sumergía en un mundo donde los límites entre el mar y la tierra se desvanecían, donde podía acercarse al chico sin miedo a ser rechazado por su apariencia acuática. En esos sueños, compartían risas, historias y miradas cargadas de complicidad. Y aunque Morgan sabía que eran solo fantasías, su corazón anhelaba que algún día se hicieran realidad. Pero el mundo real era implacable. Los tritones y los humanos vivían en mundos separados por barreras insalvables, y la idea de que un amor entre ellos pudiera florecer parecía una quimera. Sin embargo, Morgan no podía ignorar la pregunta que resonaba en su mente una y otra vez: ¿Podría hacer realidad ese amor que solo existía en sus sueños? ¡Esta historia es un borrador por lo que puedes encontrar algunos errores ortográficos! Aclaración: Uno de los personajes que aparecen no es mío, tengo permiso de su creador para usarlo.