Adam muere tras el último exterminio, curiosamente, esto no marca el final de su existencia. Al despertar, se encuentra en el infierno como un ángel caído. En su búsqueda de una forma de regresar al cielo, descubre pistas sobre el destino de Eva y sus hijos. Sin embargo, nota que algo extraño le ocurre a su cuerpo cuanto más tiempo pasa en el infierno, lo que acelera su urgencia por regresar al cielo. Lo que él no sabe es que la rueda de un destino ha comenzado a girar de nuevo, y su caída es el causante de ello. No importa cuánto intenten impedirlo, el cumplimiento de la profecía es inevitable.