Isabella, una joven bailarina en una prestigiosa compañía de ballet, tenía un sueño recurrente. Cada noche, se encontraba en un gran teatro vacío, con un único foco iluminando el centro del escenario. Sintiendo una fuerza invisible que la empujaba, se dirigía hacia la luz y comenzaba a girar, ejecutando una serie de pirouettes que parecían no tener fin.