«Si Dios me mira en este preciso momento, debe de tener vergüenza de mí, pero tú, tú eres mi jodido infierno» Giulio Caruso, un italiano sacerdote que tiene como objetivo dar la palabra de Dios. Guíar a su rebaño al camino del bien, donde puedan conseguir el perdón de sus pecados y llegar a la vida eterna. Él es amado por los feligreses de las comunidades más necesitadas de Florencia. O ese era el destino que tenía hasta que conoció a la dulce y solidaria Stella Salvatore. El pasado marcado de Stella hace que la curiosidad de Giulio crezca cada día más, donde los látigos de culpabilidad y moralidad se evaporan cada vez que huele su exquisita fragancia o queda prendido del intenso rojo de sus labios. Los pecados son parte de la naturaleza humana, pero no para uno que entregó su vida al sacerdocio, amar y adorar a un solo Dios. ¿Qué pasa cuándo el deseo y la lujuria se apoderan de tú mente? Caes en la tentación. Pero Giulio sabe una cosa.... Dios no todo perdona.