Durante su infancia, Kyojuro había sido un niño enérgico, solía lesionarse con frecuencia y no le importaban demasiado los rasguños o moretones que pudiera tener durante lo que el pequeño llamaba sus "aventuras", que consistían en jugar y hacer travesuras con sus amigos. Al menos así fue hasta que le apareció un feo moretón en el ojo sin explicación.