Soul Bruises | Renkaza

CAPÍTULO II: VÍNCULO

Kyojuro despertó temprano como cualquier otra mañana, apartó sus sabanas limpias, se lavó la cara llena de moretones de un color verde amarillento, cepilló sus dientes blancos y caminó únicamente con los chándales puestos hasta su vestidor. Escogió su traje para el día abriendo y cerrando cajones, pero detuvo repentinamente sus movimientos al mirarse de reojo en el gran espejo decorativo que cubría la pared del vestidor.

Su corazón se hundió un poco más, como casi todos los días. Su piel blanca estaba cubierta otra vez por diferentes marcas que evidenciaban una vida sexual activa. De pequeño le gustaba imaginar cómo sería conocer a su pareja, quería pensar que quien quiera que fuese esta persona, esperaría por Kyojuro de la misma forma que Kyojuro esperaba por él o ella. Sonrió tristemente a su reflejo en comprensión de que tal vez él era el único que estaba esperando.

Ignoró el peso que comprimía su pecho y deslizó su pantalón de vestir por sus piernas, se abotonó la camisa y abrió otro cajón, miró cada uno de los relojes guardados, tenía una junta con los ejecutivos por la tarde.

En su vida Kyojuro tenía solamente cinco prioridades bien definidas: su pareja destinada, su familia, la empresa, sus amigos y la comida.

Al contrario de otros días, hoy su agenda estaba despejada para asistir a la clínica Tamayo. Senjuro había estado preocupado porque su enlace de intercambio aún no aparecía y aunque afectaba al 0.0001% de entre 50000 mil habitantes Kyojuro temía que Senjuro pudiese padecer el síndrome de vínculo ausente.

Ningún miembro en la familia Rengoku había tenido complicaciones de salud referente al vínculo de enlace, pero durante la última revisión médica el doctor le reveló su padre que lo más probable era que Senjuro tuviese el síndrome.

Kyojuro observó la cabeza rubia de su hermano, que estaba sentado afuera de la oficina de consulta de su doctor familiar. Mientras el doctor revisaba con sumo cuidado los últimos análisis médicos que se le habían practicado a Senjuro en la cita anterior.

Kyojuro observó que entre los documentos que el doctor Ichigo sostenía entre sus manos se encontraba el historial familiar de los Rengoku, Senjuro había estudiado tanto ese historial buscando algo que explicara su vínculo deficiente pero no había encontrado nada.

Mientras Shinjuro había recibido su vínculo a los 15 años (el mismo año en el que conoció a Ruka), Kyojuro lo recibió a los seis; lo que se consideraba una edad demasiado temprana para el vínculo de intercambio, pero Senjuro tenía 16 años y no había indicios de que su vínculo estuviese próximo a suceder.

Su pequeño hermano que siempre había sido inseguro ahora estaba añadiendo otro defecto a larga y poco saludable lista que Kyojuro sabía que Senjuro tenía.

— Obtuvimos los resultados de los estudios de la semana pasada; como usted sabrá, no hay mucha información sobre el síndrome de vínculo ausente— Kyojuro asintió en silencio.

La mirada de Kyojuro recayó de nuevo sobre su hermano— Ya no puedo posponerlo más— suspiró para sí mismo, desearía poder proteger a su hermano de sus propias inseguridades.

El doctor asintió en silencio— Sí, creo que deberías hacerlo—el hombre admitió con pena.

Kyojuro se levantó de la cómoda silla forrada de cuero y camino de forma rígida hasta la puerta.

— Senjuro, el doctor dice que tienes que escuchar el diagnóstico— acarició los rubios cabellos de su hermanito para reconfortarlo.

Senjuro lo siguió con una sonrisa, sentía que nada podría hacerle daño si su hermano mayor estaba ahí para protegerlo. Entraron juntos y Senjuro tomo asiento al lado de Kyojuro.