Allí. Estandartes. Los demacianos y sus murallas. Cobardes. Las puertas caerán en pedazos. Los recuerdos de la masacre acuden con facilidad. ¿Quién dio la orden de parar? Los lacayos no responden. No hay rostros conocidos. Si yo no lo recuerdo, tampoco lo hará la historia. La jaula se ha abierto. ¡Al fin! Terminó la espera. ¡A LA CARGA CARGA!