Isabella solía meterse en problemas, problemas normales de una adolescente normal, como iniciar una guerra de comida a medio almuerzo o incendiar accidentalmente el laboratorio de química. A pesar de sus conflictos no recibía castigos muy severos, pero cuando pierde la zapatilla de su madrastra que tomó sin permiso en una fiesta, tendrá que hacer lo imposible para recuperarla o se verá metida en el peor castido de su vida: ir a un campamento para señoritas. Créditos de la portada a @maritaecombattant