Izuku desde niño fue obligado a pasar por momentos traumáticos, por lo que aquella sincera y radiante sonrisa que tenía poco a poco y con el pasar de los años iría desapareciendo. El creía que la vida lo obligaba a pudrirse en la soledad sin embargo esto cambiaría cuando un arrogante rubio cenizo que era parte de una de las grandes mafias de todo Japón se cruzara en su camino.