El miedo a lo desconocido es tan natural como no lo enseñen, tan poco práctico como queramos verlo y tan paralizante como lo dejemos afectarnos. Podemos decir que la pediofobia, o el miedo a las muñecas, nació por no ser capaces de ver una figura humanoide estática. Aunque no siempre son de esta manera. Algunas muñecas nos hablan, nos vigilan... nos poseen. La pediofobia es más común de lo que pensamos, solo que no a todos los dejan hablar de ello.