Aza nunca tuvo intención de investigar el misterio del multimillonario fugitivo Russel Pickett. Pero hay una recompensa de cien mil dólares en juego, y su mejor y más intrépida amiga, Daisy, no está dispuesta a dejarla escapar. Así, juntas, recorrerán la corta distancia y las enormes diferencias que las separan del hijo de Russel Pickett, Davis. Aza lo está intentando. Trata de ser una buena hija, una buena amiga, una buena estudiante e incluso una buena detective, mientras vive en la espiral cada vez más estrecha de sus propios pensamientos, una y mil veces hasta siempre