Dov y Rekiwar avanzan sobrevolando las montañas hacia el sur en dirección a El Ejido.
-Rekiwar: ¿Hacia dónde nos dirigimos?
-Dov: Hacia el lugar humano en el que tendré más posibilidades de ser reconocido.
-Rekiwar: ¿Dónde fuiste para recuperar tu cuerpo?
-Dov: Donde empecé a buscar, más bien.
-Rekiwar: ¿Qué pretendes encontrar?
-Dov: A alguien que no salga huyendo de mí.
-Rekiwar: Bien, entonces.
Dov y Rekiwar llegan a la cordillera cercana a la ciudad.
-Dov: Primero iremos a lo que fue la manada de un amigo mío, a ver si allí se acuerdan sus descendientes de mí. Pero necesito que tú te mantengas fuera de su territorio, yo te diré donde. Da igual lo que pase, no te acerques sin mi aviso, es mejor no darles sorpresas.
-Rekiwar: No, estaré a tu lado.
-Dov: Si vienes conmigo seremos una amenaza a sus ojos y nos asaltarán a ambos, y aunque no nos matarán por nuestras defensas como dragones no aceptarán nunca ayudarnos..
-Rekiwar: Vale, pero no te quito ojo.
Dov y Rekiwar vuelan hasta un árbol concreto.
-Dov: Quédate aquí, yo te aviso si puedes pasar.
Dov continúa a pie el camino. Cuando ha avanzado un minuto, empieza a patear el suelo y luego espera unos segundos para hablar.
-Dov: Vengo aquí por un poco de ayuda. -Cierra los ojos y espera unos segundos.- Estáis a mis 9, a mis 6 y otro a mis 2.
Tres hombres-lobo se acercan a Dov y le rodean amenazantes. Dov ni se inmuta.
-Dov: No os voy a hacer nada porque necesito ayuda vuestra.
-"licántropo 1": Eso depende. ¿Qué clase de ayuda?
-Dov: Información. Solo eso. Si me la podéis ofrecer ahora me iré sin más.
-"licántropo 2": Pregunta de una vez.
-Dov: ¿Dónde puedo conseguir una brújula, un herrero capaz de hacerme una armadura y si es posible alguien dispuesto a venir a un viaje muy largo? Un viaje para potenciar mis poderes y los del que venga, aunque no se garantiza porque voy a ciegas.
-"licántropo 1": En la ciudad seguro que puedes encontrar alguna brújula, pero tendrás que entrar en casas más pequeñas que tú. El herrero no lo encontrarás nunca cerca de poblaciones completamente humanas.
-"licántropo 3": Nuestro líder Night en su tiempo hubiera ido. Tenía un fuerte enlace con los dragones.
-Dov: Estoy muy al tanto de eso. En fin, les agradezco su ayuda.
Los licántropos empiezan a hablar entre sí con voz extremadamente baja, creyendo que Dov no los oye.
-"licántropo 2": Yo me fío de él. ¿Y si le recomendamos el amigo del alfa?
-"licántropo 3": Nos mataría si se lo decimos.
-Dov: Con que me digáis dónde se encuentra me sobra, gracias.
-"licántropo 1": ¿Nos escuchabas?
-Dov: Seguro que hablábais de un herrero.
-"licántropo 3": Lo diré yo. Hay un herrero que ya nos ha hecho a nosotros algunas cosas, como tiendas de campaña para los días de lluvia. He oído que hace escudos encantados si le llevas runas.
-Dov: Les agradezco mucho su ayuda. Como prometí me voy.
-"licántropo 1": Los dragones siempre seréis bienvenidos aquí, lo decretó el mejor alfa que hemos tenido.
-Dov: Night, sí, también conocido como Rubén. Díganme dónde está ese herrero, si no es mucha molestia.
-"licántropo 3": Vuele hacia en oeste un par de kilómetros, luego busque una cueva bastante grande.
-Dov: Muchísimas gracias.
Dov despega en vuelo.
-"licántropo 1": Conocía el nombre real de nuestro amado líder... ¿era el dragón de la leyenda?
-"licántropo 3": Tenemos que avisar al alfa.
Mientras, Dov se reúne con Rekiwar en donde la dejó.
-Rekiwar: ¿Todo bien , Dov?
-Dov: Tengo la información, pero te necesito a ti para coger una cosa.
-Rekiwar: ¿Qué cosa?
-Dov: Una brújula. Tranquila, te explicaré lo que es. De momento, necesito ir a visitar a un herrero a hacernos unas armaduras, prefiero ir precavido y además tenemos que esperar a media noche o incluso más tarde para conseguir la brújula.
-Rekiwar: Adelante, pues.
Dov y Rekiwar vuelan siguiendo las indicaciones de los hombres-lobo. Al cabo de un rato llegan a la cueva de la que hablaban.
-Dov: Creo que es aquí.
Entraron en la cueva. Era oscura y húmeda, por lo que Dov hubiera usado electricidad para alumbrar, pero no podía. Por mucho que lo intentaba con fuego, la "lluvia" de gotas del techo la apagaba a los pocos segundos. Al final, Dov dejó el fuego en su boca a modo de linterna.
-????: Dad media vuelta o sucumbid. -Dijo una voz que retumbaba. Era una voz grave pero no ronca. Probablemente debido al eco, que daba la sensación de que era una voz más grave de lo normal.-
-Dov: ¿Eres el herrero?
-????: No avancéis más. -Dov y Rekiwar frenan.- Decid especie.
-Dov: Dragones.
-????: Oh, interesante. Continuad. -Dov y Rekiwar comienzan a andar un poco confusos.- Me llamo Ságar. Voy a abrir la puerta secreta, atentos a vuestra derecha.
Más adelante en la cueva, en la pared a la derecha de Dov y Rekiwar, se distingue una luz y caminan trotando hacia ella. El tal Ságar está allí esperándolos.
Ságar era un hombre musculoso, pero tenía el pelo blanco y mucha barba, era como un viejo cachas. Medía lo suficiente como para mirar a Dov a los ojos, a pesar de que Dov a cuatro patas hay unos dos metros entre su hocico y el suelo, y aunque parecía tener 80 años parecía más fuerte que un atleta.
-Ságar: ¿Qué necesitáis?
-Dov: ¿Nos puedes hacer armaduras que podamos llevar nosotros?
-Ságar: Por supuesto. Pero a no ser que sean de titanio no os servirán de nada.
-Dov: Lo siento mucho, no tengo dinero ni bienes comerciables aquí para pagarle.
-Ságar: Entonces no sé si podré ayudarte.
-Dov: Podría hacerle algún favor a cambio.
-Ságar: Me suena tu voz.
-Rekiwar: Reinó Heme hasta su destrucción y la reconstruyó. Aunque recientemente abdicó.
-Ságar: Mmmhh. Me suena mucho. Esperad aquí.
Ságar entra en la habitación y los invita a pasar. Era una enorme cavidad muy bien hecha y parecía que fue picada a mano con alguna herramienta manual. En el centro había todo lo necesario para forjar cualquier metal con cualquier forma. Las paredes estaban repletas de estanterías y había sillas y mesas adaptadas para centauros, dragones, grifos, y otras especies mitológicas a modo de sala de espera.
Ságar empieza a buscar libros en la enorme estantería.
-Ságar: Veamos. -Coge un libro.- Dragones, dragones. Aquí. -Señala para él mismo con el dedo una página.- Esto son las características, tiene que estar después. -Empieza a pasar páginas a toda velocidad.- ¡Aquí! Veamos, un dragón rojo de detalles de oro... mmmmmm... rey de Heme... ¡Aquí! Dovarokerah, ¿me equivoco?
-Dov: En lo cierto estás. -Dov había modernizado su lenguaje a lo largo de su vida, como todos los dragones, pero siempre suelta alguna frase arcaica, que ya no se dice e incluso suena raro a los humanos de la época.-
-Ságar: Sería un honor forjarle las dos mejores armaduras para dragones si me hace el honor de hablar de mí en su reino.
-Dov: Lo haré.
-Ságar: -Coge una cinta métrica.- Pues empecemos con las mediciones.